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En una hazaña asombrosa de valentía, Boljulio Aleria, un hombre filipino de 48 años, enfrentó con decisión el ataque de una serpiente pitón de tres metros mientras circulaba en moto por la provincia de Bohol, Filipinas.
La historia narra cómo, con coraje y determinación, Aleria logró escapar del mortal abrazo de la serpiente utilizando una estrategia inusual: mordiscos.
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El dramático incidente ocurrió el pasado martes cuando Aleria, en su motocicleta, fue sorprendido por el ataque de la pitón, que lo mordió en la mano y el brazo antes de enrollarse alrededor de su cintura en un intento de inmovilizarlo.
En una entrevista con el medio DYRD, Aleria compartió que inicialmente pensó que la serpiente simplemente cruzaba la carretera, pero, de manera repentina, se abalanzó sobre él con agresividad.
A pesar de estar atrapado por la pitón, Aleria reaccionó con rapidez y agarró la cabeza de la serpiente con su mano libre. En un acto de desesperación y valentía, inició una lucha cuerpo a cuerpo con el reptil, dando mordiscos en el cuello de la pitón durante aproximadamente 10 minutos.
La estrategia inusual resultó efectiva, ya que la serpiente finalmente murió a causa de los mordiscos infligidos por su presa humana.
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Aunque logró escapar de la serpiente, sufrió heridas significativas y se encontraba mareado debido a la pérdida de sangre. Fue trasladado a un hospital en Tagbilaran para recibir tratamiento y recuperarse.
La historia de este enfrentamiento singular ha capturado la atención de los medios filipinos, destacando la extraordinaria valentía demostrada por Aleria ante una situación tan peligrosa.
Pulzo complementa:
Enfrentarse a un ataque de serpiente puede ser una situación peligrosa, pero conocer las medidas adecuadas para actuar puede marcar la diferencia entre una respuesta efectiva y un riesgo grave para la salud.
En primer lugar, es crucial mantener la calma. Las serpientes generalmente atacan en defensa propia, así que si te encuentras con una, retrocede lentamente sin hacer movimientos bruscos ni amenazantes. Evitar el contacto directo es esencial para reducir las posibilidades de un ataque.
Si por desgracia lo han mordido, busque asistencia médica de inmediato. Limpie la herida con agua y jabón, y evite aplicar hielo, cortar la herida o succionar el veneno, ya que estas prácticas no son efectivas y pueden empeorar la situación.
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