Además de estar integrados en las gradillas sin provocar algún incidente, los aficionados también mostraron cultura al final del partido, que terminó 1-0 a favor de los azules, y en lugar de dejar la basura en los puestos, la depositaron en bolsas.

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Esta imagen es poco usual en los escenarios deportivos colombianos, que después de los eventos suelen quedar demasiado sucios. Fueron los japoneses, durante el Mundial de Rusia, quienes dieron una lección al mundo en civismo, cuando se quedaron en los estadios para recoger la basura.

Ese comportamiento fue replicado, en la noche del viernes, por los aficionados ‘embajadores’ y ‘verdolagas’, que dejaron impecable la tribuna occidental.

De igual manera, demostraron que es posible vivir el fútbol en paz.