La situación fue dada a conocer mediante un informe de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) publicado el jueves pasado.

Los observadores independientes enviados a los Juegos por la AMA, por invitación del Comité Olímpico Internacional (COI), describieron casos de atletas seleccionados para realizar pruebas que “simplemente no se pudieron encontrar”.

La falta de personal antidopaje debidamente capacitado – incluyendo chaperones para tomar los procedimientos de prueba a los atletas- contribuyó a la incapacidad para lograr los índices diarios para las pruebas fuera de competencia en la villa olímpica.

“De hecho, a menudo sólo el 50 por ciento o menos de estas pruebas previstas se llevaron a cabo”, dijo el informe.

Surgieron además problemas en las instalaciones deportivas para evitar el acceso de los acompañantes que no deben ingresar a algunas áreas donde se realizan la toma para las pruebas antidopaje, y el entrenamiento inadecuado de muchos de los funcionarios que debían recoger las muestras y otros procedimientos.

A pesar de los defectos, el presidente de la  Comisión, Jonathan Taylor, dijo que el programa antidopaje en Río “fue capaz de lograr una serie de resultados positivos en circunstancias muy difíciles”.

“A pesar de los problemas de personal, las limitaciones de recursos y otras dificultades logísticas, los encargados de la ejecución del programa, y ​​en particular los voluntarios, merecen inmenso crédito por garantizar que se respeten los derechos de los atletas limpios”, dijo Taylor.

Con AFP.