Bogotá se renaturaliza: plantan 95 árboles en Timiza para combatir la contaminación y unir ecosistemas urbanos

Nación
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Renaturalización en Parque Timiza: 95 nuevos árboles, aire más limpio y comunidad protagonista en Bogotá.

La celebración del Día Nacional de la Biodiversidad llevó a la Secretaría Distrital de Ambiente y al Jardín Botánico José Celestino Mutis a desarrollar una significativa jornada de renaturalización en el Parque Metropolitano Timiza, situado en la localidad de Kennedy. Esta zona, una de las más densamente pobladas y vulnerables ambientalmente en Bogotá, fue el escenario donde se plantaron 95 nuevos árboles, arbustos y palmas. Según información oficial, esta iniciativa busca el establecimiento de corredores biológicos, conectando estratégicamente ecosistemas urbanos como el humedal Tingua Azul y el río Tunjuelito. El propósito central es mejorar la calidad del aire y aumentar la resiliencia de la ciudad frente a los retos actuales.

La actividad se enmarca en la estrategia Zonas Urbanas por un Mejor Aire (ZUMA), con intervenciones focalizadas en áreas que presentan los más altos niveles de contaminación y vulnerabilidad social. Adriana Soto, secretaria de Ambiente, señaló que incluye la siembra de 290 individuos arbóreos en Timiza durante la presente administración. Además, el proyecto ZUMA se expande con la propuesta ZUMA 1.000, que extiende la siembra y la cobertura vegetal en un radio de un kilómetro alrededor de zonas prioritarias, especialmente en Bosa Apogeo, permitiendo una intervención ecológica más amplia en la capital colombiana.

Otro aspecto destacable es la participación activa de la comunidad. Instituciones educativas, así como agrupaciones culturales como el Grupo Integrarte de la Biblioteca Pública de Timiza, se involucraron tanto en la plantación como en educación sobre los servicios ecosistémicos —tales como regulación térmica, captura de carbono y refugio para fauna urbana— que proveen los árboles. De igual forma, entidades privadas, como Masterplan, hicieron posible la donación de especies vegetales, reforzando el enfoque de responsabilidad social ambiental en la ciudad.

María Claudia García Dávila, directora del Jardín Botánico, resaltó el papel de ZUMA como política pública innovadora. Según explicó, este enfoque combina siembra, mantenimiento, rehabilitación y ampliación de cobertura vegetal usando especies nativas como roble, yarumo, guayacán, cedro y palma de cera. Además, se hace uso de tecnología de vanguardia, como materas aireadoras, que optimizan el crecimiento radicular y limitan el uso de plásticos desechables, consolidando un compromiso transversal con la sostenibilidad.

Contextualizando a nivel internacional, datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) avalan que la renaturalización urbana tiene amplio potencial para disminuir la contaminación atmosférica y mitigar consecuencias del cambio climático, especialmente en ciudades como Bogotá donde, según la Secretaría Distrital de Salud, los niveles de partículas PM2.5 superan varias veces los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por ello, la renaturalización es reconocida como una herramienta relevante dentro de políticas públicas de salud y calidad ambiental.

En el ámbito de los compromisos globales, esta apuesta por la biodiversidad se alinea con la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB), acuerdo al que Colombia adhiere. Según la CDB, la integración de criterios ambientales en la planificación urbana permite la creación de ciudades más sostenibles. A la par, investigaciones en la revista Urban Forestry & Urban Greening resaltan que el uso de especies nativas favorece la conectividad ecológica y el sostenimiento de funciones ecosistémicas clave.

No menos importante es el impacto social y cultural: la renaturalización en Timiza potencia la apropiación ciudadana, consolidando la construcción colectiva de una ciudad más verde y saludable. Al asociarse el nombre de José Celestino Mutis, un referente de la biodiversidad nacional, la acción se transforma en un homenaje al legado científico y ambiental de Colombia, reforzando la conservación como elemento esencial del desarrollo urbano.

El caso de Bogotá, en suma, representa un modelo replicable para ciudades latinoamericanas, donde la articulación entre sector público, comunidad y empresa privada, junto con tecnología apropiada y fundamento científico, abre posibilidades reales frente a los desafíos ambientales urbanos actuales.

¿Qué son las partículas PM2.5 y por qué preocupan en la ciudad?

Las partículas PM2.5, mencionadas por la Secretaría Distrital de Salud y la Organización Mundial de la Salud, son materiales de menos de 2,5 micras de diámetro que permanecen suspendidos en el aire. Por su reducido tamaño, pueden penetrar profundamente en los pulmones y llegar al torrente sanguíneo, generando riesgo para la salud respiratoria y cardiovascular de la población urbana. Por esta razón, la reducción de sus niveles es una prioridad en las estrategias de renaturalización y políticas públicas ambientales en Bogotá.

La preocupación se fundamenta en que Bogotá supera frecuentemente los límites recomendados, con impactos potenciales en la calidad de vida, especialmente en sectores vulnerables. Iniciativas como la de Timiza intentan precisamente disminuir estos contaminantes, reafirmando la importancia de la vegetación urbana para la salud colectiva.

¿Por qué es relevante el uso de especies nativas en estos proyectos urbanos?

El uso de especies nativas —como roble, yarumo, guayacán, cedro y palma de cera—, según resalta el Jardín Botánico y publicaciones especializadas, es fundamental porque estas especies están adaptadas a las condiciones locales, lo que facilita su supervivencia y crecimiento. Además, sostienen la biodiversidad autóctona, proveen hábitat adecuado para la fauna local y requieren menos recursos de manejo y mantenimiento.

Esta estrategia promueve la conectividad ecológica en el entorno urbano, ayudando, como indica la revista Urban Forestry & Urban Greening, a conservar los servicios ecosistémicos esenciales y fortalecer la resiliencia de las ciudades frente a los efectos del cambio climático.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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