Implicados en crimen de fiscal paraguayo en Cartagena hacían brujería; hallazgo es clave

Este jueves se conoció el aplazamiento de la audiencia preparatoria en contra de Francisco Luis Correa Galeano, quien es el principal señalado de ser el autor intelectual del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci en una playa de Cartagena.

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Las investigaciones del caso aún continúan y cada vez se conocen más detalles de lo que han encontrado las autoridades, que llegaron a ofrecer hasta cinco millones de dólares por información que lograra dar con el paradero de los responsables.

Gracias a ello, se ha sabido que detrás del crimen están poderosas mafias de Paraguay, Brasil y Colombia, lideradas inicialmente por una red conocida como los Insfrán, relacionada con temas de narcotráfico.

Detrás de asesinato de Marcelo Pecci había brujería

Pero uno de los detalles que más llamó la atención de las autoridades fue lo encontrado en la vivienda donde se logró la captura de cinco personas que participaron en el crimen —cuatro de ellos ya fueron condenados a 23 años de prisión—, ya que quedó al descubierto un ritual que habrían hecho los delincuentes para buscar protección.

Las investigaciones apuntan a que los sicarios se amparaban en la brujería, debido a algunos elementos encontrados en un apartamento en Medellín en el que se refugiaron. Según informó Semana, se trata de un altar de santería cubana con figuras de caras conocidas como ‘eleggua’, que sería un dios al que se le atribuyen poderes sobrenaturales.

Pero allí no queda todo, pues estas fueron halladas por las autoridades sobre dos platos con tres manzanas y otros alimentos, los cuales estaban siendo usados a modo de ofrenda, agrega el mismo medio.

Asimismo, se encontraron vasijas de barro con restos de animales sacrificados, los cuales estaban acompañados de un cuchillo para buscar protección y prosperidad, indica la revista.

Por último, un carro de juguete fue encontrado en otra vasija, por lo que se cree que estaban buscando una protección del más allá para el momento de la huida. El medio explica que incluso algunos de los delincuentes llegaron a portar brazaletes de protección para sellar sus rituales.