TransMiCable: el nuevo impulso que conecta comunidades y transforma el suroriente de Bogotá
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Visitar sitioEl TransMiCable de San Cristóbal avanza un 77% y promete transformar la movilidad en el suroriente de Bogotá.
El TransMiCable de San Cristóbal se posiciona actualmente como uno de los grandes pilares para la transformación del suroriente bogotano. Esta semana, luego de varios meses de trabajo, las autoridades de Bogotá anunciaron la finalización de la instalación de las 21 torres que sostendrán este sistema de transporte aéreo, estructuradas con acero galvanizado importado desde Austria, destacando su resistencia a la corrosión y una altura promedio de 25 metros que equivale a seis pisos, según información del diario El Espectador. Con esta etapa, la obra alcanza ya más del 77 % de avance en su construcción, consolidando así la confianza en la entrega de uno de los proyectos de movilidad más relevantes para la ciudad en los últimos años.
El recorrido del TransMiCable será de 2,87 kilómetros, enlazando las estaciones 20 de Julio, La Victoria y Senderos de Altamira, ésta última nombrada en un proceso participativo llamado “Súmate a la conversación”, destacando la inclusión de la comunidad en las decisiones del proyecto. Esta línea aérea tendrá capacidad para movilizar hasta 4.000 pasajeros por hora en cada sentido, reduciendo de manera significativa el tiempo de viaje de aproximadamente 40 minutos a tan solo 10, y beneficiando directamente a más de 400.000 residentes del sector. Con esto, se espera una integración social y económica sin precedentes para un área de la ciudad históricamente marginada del sistema formal de transporte masivo, como lo indica El Espectador.
Orlando Molano, director del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), prevé la conclusión de la obra física en agosto de 2026, mientras que las pruebas integrales con TransMilenio se efectuarán durante el segundo semestre de ese año. Esta visión coincide con estudios internacionales sobre movilidad sostenible, tales como los desarrollados por el Banco Mundial (World Bank, 2021), que subrayan el impacto de iniciativas similares para reducir desigualdades territoriales y revitalizar la economía de zonas con acceso restringido a otros medios de transporte público.
La inspiración y referencia del proyecto proviene de casos exitosos como el Metrocable de Medellín, que desde 2004 ha evidenciado el papel transformador del transporte aéreo urbano en la conexión de territorios vulnerables, mejorando la accesibilidad a servicios esenciales, la educación y la cohesión social. Investigaciones conducidas por académicos como Harvey (2014) y Dávila & Navarrete (2019) demuestran los efectos positivos de este modelo, que Bogotá ahora replica para potenciar el desarrollo y recuperar espacios públicos en San Cristóbal.
Además de su impacto en movilidad, el TransMiCable se inserta en una estrategia que prioriza la sostenibilidad desde su diseño: torres y estaciones integradas a la dinámica y paisaje urbano, minimizando efectos visuales y auditivos e impulsando la recuperación de espacios públicos y entornos comerciales, de acuerdo con los lineamientos de la Secretaría de Movilidad de Bogotá (2024).
Este sistema es un emblema de esperanza para una región que ha enfrentado históricamente exclusión social y económica. El enfoque va más allá de lo técnico y visual, integrando a poblaciones tradicionalmente aisladas al desarrollo metropolitano y reforzando la política de integración territorial. Como señala el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), la sostenibilidad del impacto positivo de proyectos como TransMiCable requerirá de políticas inclusivas y un mantenimiento continuo, para asegurar beneficios duraderos más allá del funcionamiento inicial.
De esta manera, con la culminación de las fases constructivas y el respaldo de distintos actores urbanos y sociales, el TransMiCable de San Cristóbal aspira a consolidarse como motor de justicia social, desarrollo sostenible y ejemplo de innovación en infraestructura pública para Bogotá y otras metrópolis latinoamericanas.
¿Cómo se eligió el nombre “Senderos de Altamira” para una de las estaciones?
La denominación de la estación Senderos de Altamira fue definida mediante un proceso participativo abierto llamado “Súmate a la conversación”. Esta metodología buscó involucrar a los propios habitantes y usuarios del sistema en la toma de decisiones sobre elementos simbólicos de su entorno, haciendo que la infraestructura refleje la identidad local. El Espectador señala que esta estrategia contribuyó a intensificar el sentido de pertenencia y apropiación ciudadana hacia el TransMiCable, fomentando así la colaboración y el diálogo entre autoridades y comunidad durante la ejecución del proyecto.
Este tipo de participación es relevante porque fortalece el vínculo entre la población y la infraestructura que utilizarán diariamente, promoviendo el reconocimiento de la diversidad cultural del sector y legitimando la toma de decisiones en obras públicas. Además, la práctica de involucrar a los ciudadanos puede inspirar futuras intervenciones en otras zonas urbanas, donde la inclusión y el consenso social se vuelven determinantes para el éxito y la sostenibilidad de los proyectos urbanos.
¿Qué significa movilidad sostenible en el contexto del TransMiCable?
“La movilidad sostenible” hace referencia a sistemas de transporte que buscan armonizar el desarrollo urbano, el cuidado ambiental y la equidad social. En el caso del TransMiCable de San Cristóbal, esto se traduce en la implementación de un transporte masivo con bajo impacto ambiental, infraestructura adaptada a la geografía local y atención a las necesidades de las comunidades más vulnerables. La Secretaría de Movilidad de Bogotá subraya que se priorizaron soluciones para minimizar el impacto visual y acústico del sistema, así como la integración de corredores ambientales y espacios peatonales.
Esta aproximación permite no solo una reducción en tiempos de desplazamiento y emisiones contaminantes, sino que también promueve la inclusión social, el acceso igualitario a oportunidades y el bienestar colectivo. El concepto cobra especial importancia en zonas como San Cristóbal, donde la desconexión territorial ha perpetuado desigualdades, y soluciones innovadoras como TransMiCable ofrecen alternativas reales hacia una ciudad más justa y sostenible.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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