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El alcalde Carlos Fernando Galán puso fecha para tomar una nueva decisión sobre el racionamiento de agua en la capital. Fiestas de fin de año serían con cortes.
El Sistema Chingaza, esencial para el suministro de agua de la capital colombiana, está exhibitndo una preocupante tendencia descendente en sus niveles de agua. Este sistema, que incluye los embalses de Chuza y San Rafael, es crítico para la distribución de agua a millones de bogotanos.
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El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha estado monitorizando de cerca esta situación, ya que de ella dependen las decisiones sobre el mantenimiento o levantamiento del racionamiento de agua que se ha implementado desde abril. Las esperanzas de levantar este racionamiento dependían en gran medida de los informes recientes de la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR).
La entidad había informado que, iniciando noviembre, el Sistema Chingaza mostró una mejora temporal en sus niveles gracias a la temporada de lluvias. Desde el 2 de noviembre, el sistema había incrementado su volumen de agua, alcanzando el 50 % de su capacidad el 13 de noviembre.
Alfred Ballesteros Alarcón, director de la CAR, expresó su optimismo en aquel momento: “Son buenas noticias porque gracias a las precipitaciones estamos teniendo un leve aumento en los niveles de los embalses”, afirmó. Sin embargo, el panorama cambió rápidamente. Posterior al 26 de noviembre, el sistema retomó su patrón de descenso, con niveles que continuaron disminuyendo hasta alcanzar un 53.28 % para el 29 de noviembre.
Ballesteros advirtió sobre la necesidad de mantener las prácticas de conservación del agua, especialmente ante la inminente temporada seca que cubre los meses de diciembre a febrero. Según sus palabras, la meta es que tanto Chingaza como el Agregado Norte, que incluye los embalses de Neusa, Sisga y Tominé, alcancen un nivel de 60 % para considerar modificaciones en las restricciones actuales.
La gestión del agua en Bogotá está bajo una constante amenaza conocida como el ‘Día Cero’, un escenario donde Chingaza podría bajar al 36 % de su capacidad, lo que desencadenaría medidas extremas de ahorro por parte de la Alcaldía.
La gerente del Acueducto de Bogotá, Natasha Avendaño, mencionó que este día podría llegar a fines de marzo de 2025 en el mejor de los casos, considerando las tendencias de lluvia. “Para estar seguros de que podemos levantar la medida definitivamente (de racionamiento) tenemos que esperar eventualmente qué pasa de aquí al 15 o 20 de diciembre”, explicó el alcalde Galán, resaltando la precariedad de la situación y la dependencia de los patrones climáticos futuros.
A fecha de 29 de noviembre, otros embalses muestran variadas tendencias. Mientras que el embalse de Chuza reportaba un 41 % con tendencia a la baja y San Rafael un 92 % también en descenso, otros como Neusa, Sisga y Tominé mostraban tendencias más optimistas.
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