Juan Daniel Oviedo llegó a posesión de Galán con pinta de primero de enero: gafas y tenis
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El ahora concejal de Bogotá se dejó ver por la Plaza de Bolívar durante la posesión de Carlos Fernando Galán como alcalde de la capital. Lució muy fresco.
Más allá de la contienda política en la que el alcalde derrotó al exdirector del Dane, entre ambas figuras políticas siempre ha primado el respeto y el buen trato.
(Vea también: Juan Daniel Oviedo explicó su posición sobre la inflación, hablando de empanadas)
El uno-dos que lograron en las pasadas elecciones dejó a Galán en el Palacio Liévano y a Oviedo en el Concejo de Bogotá, y no está clara si la postura del exdirector del Dane será de oposición al nuevo alcalde.
En ese sentido, a Oviedo se le vio en las primeras filas y muy contento durante la posesión. Repartió saludos y se gozó el evento.
Acá, la transmisión de la posesión de Galán:
Juan Daniel Oviedo, en tenis durante posesión de Carlos Fernando Galán
El estilo de Oviedo siempre ha sido fresco, y así lo demostró durante la posesión, a donde llegó con gafas oscuras, propias de muchos que tuvieron que madrugar el primero de enero, luego de recibir el año nuevo.
(Vea también: Galán tomó café con Oviedo en el centro de Bogotá y lo felicitó por aceptar ir al Concejo)
En un evento como estos, es imposible no cruzarse con uno que otro conocido, teniendo en cuenta el ‘lobby’ que se hace en eventos políticos a los que asisten personajes públicos, miembros de las fuerzas armadas y hasta periodistas.
Oviedo no dudó en levantarse de la silla cuando vio a Angélica Lozano, esposa de la saliente Claudia López. El abrazo entre ambos fue largo y hasta dio la impresión de que posaron para la foto.
Momentos después, la transmisión mostró a Juan Daniel Oviedo durante el discurso. El plano abierto dejó ver más de su pinta y, si bien tenía saco y camisa, los combinó de una manera casual con un pantalón que le dejaba ver sus pantorrillas y unos tenis blancos que contrastaban con la sobriedad de la mayoría.
Oviedo volvió a mostrar su estilo descomplicado y, así, rompiendo el protocolo, se acercó al final del discurso para felicitar al alcalde con un fuerte abrazo.
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