La historia del manifestante desnudo sobre tanqueta en Venezuela

Su nombre es Hans Wuerich y cuando se enfrentó a la policía sin nada de ropa y una biblia en la mano, una profesora suya lo reconoció.

Una crónica escrita por la profesora Juymar García en Facebook y publicada por el portal Caraotadigital.com da cuenta de cómo García reconoció a su alumno cuando estaba siguiendo las marchas de la oposición contra el dictador Maduro por televisión.

La docente narra que apenas lo vio desnudo frente a la tanqueta la invadieron muchos sentimientos. “Mi corazón lloraba y lo reconocí. Grité: es mi alumno, coño; es Hans, es mi alumno, carajo. Qué arrechera. Dios, protégelo, no sueltes la biblia”.

Hans es un joven estudiante que ha vivido la pobreza del universitario de manera casi extrema, como cuenta su maestra: “Obstinado, acabado y desprotegido, sin comida, sin medicinas, sin vida social activa y sin oportunidades”, dice García.

El joven Wuerich ha hecho un gran esfuerzo para graduarse: “Caminando del cuarto al metro, del metro al bus, del bus al campus, del campus al bus, del bus al metro, del metro al cuarto, del cuarto a la oración”, porque según su tutora el joven también pertenece a un grupo de oración.

Eso explica por qué se ‘armó’ de una biblia, cuando decidió enfrentarse a la policía que lo trató mal, aunque el mensaje de paz del muchacho logró llegar a todos los rincones de la Tierra.

En cuanto a su decisión de desnudarse, su maestra y quien lo conoce bien, dice que “no es precisamente la locura ni la inestabilidad mental lo que ordena a un joven venezolano actuar así… es la impotencia”.

Después de verlo en TV y cómo la policía lo estrujaba, la mujer, otros profesores y los amigos del joven creyeron lo peor, que lo encontrarían masacrado en una tumba, pero no fue así, aunque debieron esperar hasta el día siguiente para tener noticias del pupilo y amigo.

García también se refirió a las burlas de las que Hans fue objeto por parte del déspota Nicolás Maduro: “El que dice ser presidente tuvo la gentileza de citar su hazaña (la de Hans) con burlas, valiéndose siempre de su sucia boca, mente pervertida y retorcidas intenciones”.

Finalmente, García pide un aplauso para Hans por decir “basta” de una forma muy singular.