La polémica empresa de taxis a veces es un empleador tradicional que recluta empleados, otras funge como un facilitador para que personas independientes sean sus contratistas, mientras que en otras ocasiones es una empresa de tecnología que crea ‘apps’ para pequeñas empresas. Todo depende del caso, informa una columna en The Intercept.

Por ejemplo, dice el artículo, la empresa con un valor neto de 62.000 millones de dólares (es más valiosa que el 75% de las empresas del Fortune 500) ha negado que posea 400.000 conductores empleados en todo el mundo, y todo porque recibió una demanda en tres estados de EE. UU. en la que choferes adscritos a Uber exigían compensaciones por horas extras y reintegro de gastos.

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Otro de los pleitos de Uber tiene que ver con que la empresa violó el ‘Acta de protección a los consumidores de telefonía’ de EE. UU. por enviar publicidad sin el consentimiento de los usuarios. En ese caso, Uber dijo que no eran anuncios sino ofertas de empleo, que no están cobijadas por la mencionada acta.

Así, Uber logró que un juez fallara a su favor y que la considerara “una empresa de transporte que suministra servicios de movilización, no una empresa tecnológica” y que sus mensajes de texto eran “un intento por reclutar conductores para que esos conductores potenciales pudieran suministrarles servicios a los usuarios”.

En otros casos, Uber asegura que sus conductores no son empleados sino contratistas. Pero cuando dice eso, algunos sectores la acusan de fijar precios con sus contratistas y no promover la libre competencia (lo que se conoce como monopolio), por lo cual Uber se defiende diciendo que es una empresa de tecnología que lanzó al mercado una ‘app’ para que la utilicen los conductores.

Por último, el autor de la nota cita un estudio de la Universidad de Nueva York que dice que Uber monitorea la actividad de sus conductores mediante calificaciones con base en la satisfacción de los clientes, lo que, según la academia, “denota una versión digital de la relación entre empleador y empleado”, lo que podría llamarse una fuerza de trabajo supervisada. ¿Cómo se defenderá Uber en ese caso?

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