“La mañana es un buen momento ya que nos permite cumplir con estas condiciones”, dice Sait Khurama subdirector nacional del Campo de Neurociencias y Psicobiología del Colegio Colombiano de Psicólogos – COLPSIC. El especialista indica: además que se evita una de las dificultades más importante que encuentras quienes apenas se inician en ella y es el, quedarse dormido. A esto podemos sumar el hecho que, si lo hacemos un hábito, todos los beneficios que aporta la meditación van a ser aprovechables durante toda la jornada.

Meditación en la mañana: ¿Cómo empezar un día de forma positiva?

Bueno como en muchas situaciones habría que definir que es “de manera positiva” para cada persona, ahí de entrada hay un tema subjetivo, pero digamos que, para iniciar un día de manera armónica, con lo mejor de nuestro potencial y con una capacidad superior de observar nuestro entorno desde una perspectiva más completa, eso se logra a partir de la meditación, lo que nos permite encontrar nuestro centro.

¿Cuánto tiempo se debe meditar en la mañana?

En la meditación como en el cultivo de otro tipo de habilidades se podría hablar de niveles, en virtud de la experticia que se adquiere con la práctica constante. Pero para un principiante lo mejor es iniciar con unos 15 minutos cada mañana y a medida que se logre hacer de manera correcta ir aumentando hasta el tiempo en que se encuentre el periodo que se adecua al estilo de vida de cada persona.

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¿Qué pasa si se medita todos los días?

Si se medita todos los días se potencian de manera importante los beneficios que la práctica aporta, ya que se genera un hábito, se desarrolla una habilidad. El aporte que la mediación da a nuestras vidas hace que el bienestar se cultive de la mejor manera si se practica todos los días, unos minutos, más que si esporádicamente se hace por periodos de tiempo prolongados.

Debe hacer parte de nuestra rutina diaria. La idea es que se convierta en un hábito agradable más que en una tarea mecánica de obligatorio cumplimiento. Esto desvirtuaría la esencia de su práctica.

Koh Samui y Koh Phangan, yoga en las islas más paradisíacas de Tailandia: la isla de Koh Samui está considerada uno de los mejores destinos del mundo para hacer yoga. Entre sus innumerables encantos, alberga muchos espacios de retiro que ofrecen programas de yoga y detox frente al mar. En todos ellos se pueden aprender diferentes tipos de esta práctica, meditación, técnicas de respiración, e incluso se puede disfrutar de centros de hidroterapia y saunas. Para quien busque algo todavía más remoto, otra isla que no puede faltar en este listado es Koh Phangan, conocida por su Full Moon Party. La mediana de las islas del Golfo de Tailandia es un lugar ideal para combinar unas vacaciones de playa con clases de yoga, y cuenta además con numerosos sitios de retiro espiritual a los que solo se puede acceder en barco. Cortesía Civitatis
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¿Qué debemos hacer antes de meditar?

Antes de meditar debe haber una fase de aprestamiento y tal vez lo más importante es que haya una intención, una voluntad de hacerlo. Y esto no es algo externo, sino que está en el fuero interno de cada ser. Nace de una voluntad y una disposición de hacer una práctica benéfica.

¿Dónde se encuentra la mente?… La mente está justo allí hacia donde se dirige, y en la meditación esa es la clave de lograr los mejores beneficios y habilidades básicas y profundas que su práctica aporta.

¿Cómo meditar en la mañana para iniciar el día?

Después de esto hay que tener en cuenta otros temas como un ambiente adecuado, un espacio que puede ser lo más sencillo del mundo, pero que éste sea agradable, tranquilo, armónico. Lo ideal sería que fuera en contacto con la naturaleza, pero sabemos que eso no es posible para todo el mundo. Y también se trata de hacer una práctica sencilla sin que se convierta en algo complejo y de elaborada preparación.

Posteriormente ya viene una postura adecuada, que no necesariamente es aquella oriental que se encuentra en el imaginario popular, pero sí una posición en que la columna vertebral está erguida, derecha, como una antena. Si no es posible, debido a una dolencia o alguna patología que lo impida, no importa, pero eso sería lo ideal. Posterior a esto vendrá la respiración, la relajación y la práctica meditativa en sí misma.