“El peligro no son las Farc, sino el uribismo recargado”

María Jimena Duzán advierte en su columna de Semana que el expresidente Álvaro Uribe se ha convertido en una especie de “sublevador institucional” que cree que tiene la potestad de incitar a desconocer el fallo de la Corte Constitucional que blindó el segundo acuerdo de paz con las Farc o el acuerdo de Colón.

“Como si en un Estado de derecho los expresidentes tuvieran la facultad de decidir cuándo sí y cuándo no se debe acatar la justicia”, comentó Duzán.

Y agregó que:

“La razón por la cual el expresidente no quiere reconocer este fallo de la Corte Constitucional no es una cuestión de principios, sino de conveniencia electoral: esta decisión del alto tribunal le da legitimidad al nuevo acuerdo del Colón, producto de la renegociación con los del No que el expresidente Uribe no le interesa reconocer”.

¿Estamos listos para un Uribe presidente?

Si el Centro Democrático y Cambio Radical sellan el pacto político para incrementar el número de escaños en el Congreso, es posible que Uribe asuma la presidencia del Senado y se baraje el destino del órgano legislativo que podría romper la unión predomínate que ha favorecido a Santos y a su gobierno, señala Juan Gabriel Uribe en su columna de Semana.

“Por el momento, sin embargo, podría aventurarse, según las preferencias de los sondeos, un cambio drástico en el Congreso. Si es cierto que el Centro Democrático (CD) va en el ascenso que se señala, la lista de Álvaro Uribe podría incrementar sustancialmente, es decir, un aumento a 25 o 30 senadores. Asimismo, si Cambio Radical incrementa su representación, de acuerdo con los vaticinios y a la vez se concretan los parpadeos de los últimos días con el CD, la base de una coalición parlamentaria mayoritaria sería la noticia, con la bancada conservadora y de otros sectores minoritarios naturalmente proclives al tema”.

La paz tiene el blindaje de la convicción ciudadana

Porque el blindaje legal es un exabrupto que la Corte Constitucional zanjó haciendo creer a la opinión pública que nada podrá alterar el acuerdo de Colón, sostiene María Isabel Rueda en su columna en El Tiempo.

“Luego de que este gobierno termine de amenazar a los congresistas con quitarles los puestos y logre sacar la implementación de los acuerdos, los siguientes gobiernos solo tendrán una herramienta que blinde verdaderamente el respeto por lo acordado: la convicción de los colombianos. Esa que le habla interiormente al oído al ciudadano y le dice: esto conviene. Esto está mejor así que como estaba antes. Que es exactamente lo que no ha podido hacer Santos con el 70 % de los colombianos”.

Fajardo lidera encuestas porque ‘no dice ni mu’

No cuestiona, no contradice, no increpa, solo acompaña a Santos y saluda su política con gestos de continuismo que contrastan con las críticas que otros precandidatos, incluso cercanos al Gobierno como Cristo y el mismo Humberto de la Calle, dice Mauricio Vargas en El Tiempo.

“En estos momentos, Fajardo tiene todas las boletas para convertirse en el candidato de Santos: es viable –y eso le importa al Presidente–, ha sido solidario con la política de paz y, con su alianza con la izquierda, es prenda de garantía para las Farc, un punto clave para Santos, quien sabe que su legado se centra en que los acuerdos de Cuba se mantengan intactos más allá de los muchos defectos que arrastran”.

“El celular llegó para jodernos la vida”

Felipe Zuleta dice en su columna de El Espectador que recuperó el “sosiego, su paz y el diálogo con sus familiares y amigos” desde que cerró su cuenta de Twitter y prescindió de WhatsApp.

“Desde que cerré eso no he dejado de hablar con quien he tenido que hacerlo, ni se me acabó el mundo, ni he dejado de hacer las tareas. De 80 o 90 mensajes diarios que me enviaban, he quedado felizmente reducido a dos llamadas y un par de mensajes de texto como máximo. Eso quiere decir que más del 99 % no era ni importante ni vital. Pero en cambio me quitaba la tranquilidad, me estresaba y me obligaba a chatear, cosa que me aburre profundamente”.

El error político que arrojaría a Vargas Lleras a los brazos de Uribe

Dice Ramiro Bejarano, en El Espectador, que ese error es el que Santos cometió de sacar a Cambio Radical por su oposición a la Justicia Especial para la Paz (JEP) sin necesidad.

“Excluir del gobierno a CR por no apoyar la JEP, cuando el resto de la Unidad Nacional demostró que pudieron aprobarla sin ellos, resultaba innecesario, tanto más cuanto que desapareció el motivo de discordia, pues esta semana el fiscal Martínez – léase de CR – arrodilló al gobierno y a la FARC al conseguir la modificación a su antojo de la JEP”.