Escrito por:  Redacción Nación
Nov 10, 2023 - 7:44 am

Dos organismos fueron elegidos por el Eln para dejar en libertad a Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Luis Díaz: la ONU y la Iglesia católica. Con eso, sintieron las garantías para que su víctima volviera al seno de su hogar en condiciones de seguridad después de tenerlo retenido durante 13 días.

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Efectivamente, este jueves por fin se produjo la liberación que reclamaba no solo Colombia, sino buena parte del mundo. Pero el Eln lo único que pudo cosechar fue un cerrado rechazo por su deleznable práctica y la exigencia unánime de que libere a los más de 30 secuestrados que aún mantiene en su poder.

En cambio, los que sí incrementaron su prestigio fueron la ONU y la Iglesia católica, cuyo papel en estos casos siempre resulta determinante. El clero colombiano decidió que para recibir a Luis Manuel Díaz el indicado era el obispo de Riohacha, monseñor Francisco Ceballos.

El prelado se refirió este viernes al tema, y contó detalles que no se conocieron en el agitado día de la liberación, pese a que estuvo cundido de periodistas y medios de comunicación. Siempre hay cosas que se quedan por fuera de los convulsos cubrimientos.

Una de esas cosas fue una mentira piadosa que tuvo que decir Ceballos para guardar la confidencialidad que exigía la situación. Pero primero se refirió a lo que significó para él el día de la liberación, y lo calificó como “muy trajinado, muy agitado, muy cansado”.

“Se supone que, para enfrentar ese momento, aun psicológicamente uno tiene que prepararse. Pero también ya en la madrugada, el traslado a Valledupar, el estar pendiente en el aeropuerto, abordar el helicóptero. Todo esto tiene un desgaste físico y mental”, manifestó en Caracol Radio.

Qué mentira piadosa dijo obispo en liberación de papá de Luis Díaz

Después se refirió a la discreción ante la entrega los días anteriores cuando la Iglesia católica ya sabía que se iba a producir la entrega. “Los medios pues queriendo tener la noticia. Uno entiende, por supuesto, que es parte del trabajo de los medios de comunicación, y uno sin poder hablar…”, agregó el prelado en la emisora.

“Digo yo en algunos momentos que me voy a tener que confesar, porque en algunos momentos tuve que mentir sobre mi ubicación y sobre esta realidad que estábamos viviendo para mantener la discreción que se nos pidió”, confesó Ceballos en la frecuencia radial. “Yo espero que se perdonen [ese tipo de mentiras piadosas] en la celebración de la eucaristía”.

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Ceballos tiene razón. La discreción lo es todo en estos procesos de liberación de secuestrados porque, así como hay buenas intenciones, hay también intereses de los más diversos orígenes que pueden buscar que las liberaciones tengan los peores desenlaces.

Pero ahí no pararon las confesiones del prelado. Sobre el momento del desenlace de este secuestro, añadió que la comisión de la que hizo parte partió de Valledupar en un helicóptero y llegaron a un “sitio difícil”. “La pericia del piloto es excelente porque prácticamente es la cumbre de una montaña. Nos bajamos del helicóptero, esperamos unos momentos, y unos 10 minutos después ya venían con Luis Manuel”, prosiguió el obispo en su relato para el mismo medio.

“El encuentro es muy efusivo, aunque a él se le veía un poco cansado por las largas caminatas a las cuales fue sometido: dos días caminando, me decía don Luis Manuel, y venía un poquito maltrecho, cansado y con rasgos físicos de una persona que ha sufrido no solamente psicológica, sino también físicamente”, recordó Ceballos.

“Cuando yo lo recibo [a Luis Manuel Díaz], porque me tocó a mí recibirlo, me lo encuentro casi en el camino, porque yo me había retirado un poco del grupo para cuestiones personales, y cuando menos pienso apareció la guerrilla con don Luis Manuel. Yo inmediatamente lo abracé y le dije: Bienvenido a la libertad, el Señor lo proteja y lo bendiga, y le dije unas dos o tres cositas”, agregó Ceballos en la emisora.

Pero ¿a qué “cuestiones personales” se refería el obispo? Pues que le dieron ganas de orinar. “Nosotros los viejitos tenemos que ir al baño con frecuencia. Entonces no basta ser previsivos de ir al baño antes de abordar el helicóptero. Esa es la naturaleza humana”, admitió con tranquilidad.

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