Sanders decidió ir a comer al restaurante ubicado en Lexington (Virgina, EE.UU.) pero lo que no esperaba es que le pidieran que se retirara del lugar. 

La funcionaria expresó en su cuenta de Twitter que ella aceptó  irse “cortésmente”, que este acto “habla mucho más de la dueña que de ella misma” y terminó diciendo que siempre está dispuesta a “tratar respetuosamente a las personas, incluyendo a esas con los que está en desacuerdo”.

Por otro lado, Stephanie Wilkinson, propietaria del establecimiento, contó a The New York Times  “que no se arrepiente de su decisión” y que en ningún momento fue irrespetuosa. Adicionalmente, explica que recibió una llamada del chef contándole que Sanders acababa de entrar al local y que no sabían qué hacer. Acto seguido se dirige al restaurante a corroborar la situación y a decidir con el grupo qué hacer.

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La empresaria decidió hacer esto porque el 70% de sus empleados son gays y la mayoría de personas en Lexington votaron en contra de Trump, indica el medio de comunicación.

Cabe resaltar que este no ha sido el único caso en contra de los funcionarios republicanos. La semana pasada sacaron abucheada de un restaurante mexicano a Kirstjen Nielsen, la cara de la política migratoria (tolerancia cero) que ha causado la separación de familias indocumentadas en Estados Unidos.

Recientemente, varias personas abordaron a Pam Bondi, encargada de las políticas de salud, las cuales son cuestionadas por la multitud, como se puede ver en un video compartido por un usuario de Twitter.