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Pekín reaccionó el jueves con furia ante la promesa del gobierno de Estados Unidos de revocar las visas de estudiantes chinos. Washington también anunció que denegará visas a funcionarios extranjeros que bloqueen publicaciones estadounidenses en redes sociales. Atacando a Harvard, la administración Trump quiere disuadir a otras universidades de oponerse al gobierno, dijo a RFI el profesor Gonzalo Giribert.
La administración Trump anunció el miércoles la revocación de visas a estudiantes chinos. China calificó la medida como “política y discriminatoria”. Además, se endurecerán los controles sobre futuras solicitudes de visa provenientes de China y Hong Kong, según el secretario de Estado, Marco Rubio.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, tildó la decisión de “irracional” y denunció que Estados Unidos actúa bajo el pretexto de la ideología y la seguridad nacional.
Los estudiantes chinos, que pagan matrículas elevadas, representan una fuente crucial de ingresos. En el año académico 2023-24, más de 277.000 estudiantes chinos estaban inscritos en universidades estadounidenses, solo superados por los estudiantes indios, según datos del Instituto de Educación Internacional.
Trump ha centrado sus ataques en Harvard, a la que acusa de antisemitismo y de promover una ideología progresista “woke”. “Sin embargo, según una investigación interna de Harvard, no se encontró evidencia de antisemitismo superior a otras formas de discriminación”, advierte Gonzalo Giribert, profesor de biología orgánica y evolutiva de la prestigiosa universidad. “Además, la universidad quiere remediar eso”, agrega Giribert, director del Museo de Zoología Comparada de Harvard.
Atacar a Harvard y dar una lección
Este profesor de Harvard sostiene que el gobierno busca imponer medidas que violan la libertad de cátedra y pretenden incluso reportar estudiantes a la policía. “Como la universidad se negó, el gobierno empezó a tomar represalias para perjudicarla. Son medidas fascistas”, dice.
Según Giribert, el ataque se dirige específicamente a Harvard como advertencia a otras universidades: “Es una forma de decirles que no se opongan al gobierno como lo ha hecho Harvard”.
En esa línea, la Casa Blanca retiró fondos federales de investigación a Harvard y a otras universidades consideradas entre las más elitistas.
Durante su primer mandato, Trump también apuntó a los estudiantes chinos, especialmente aquellos en carreras sensibles o con vínculos con el ejército.
Marco Rubio ha sido duramente criticado por revocar miles de visas, muchas de ellas pertenecientes a estudiantes extranjeros que participaron en protestas contra Israel. Según una circular interna firmada el martes por Rubio y obtenida por la AFP, el gobierno revisará los perfiles en redes sociales de los aspirantes a visas estudiantiles y de intercambio. Asimismo, se suspendió la emisión de nuevas visas hasta que se emitan nuevas directrices.
El miércoles, Rubio anunció que Washington revocará activamente visas a estudiantes chinos vinculados al Partido Comunista Chino o inscritos en áreas consideradas estratégicas. Sin embargo, estas medidas también podrían afectar a estudiantes de países aliados.
La ofensiva del gobierno de Trump va más allá del ámbito universitario. Según Rubio, Estados Unidos podría negar visas a funcionarios extranjeros que censuren a ciudadanos o empresas estadounidenses. “Es inaceptable que gobiernos extranjeros impongan políticas de moderación de contenido a nuestras plataformas”, declaró.
La semana pasada, Rubio criticó al juez Alexandre de Moraes, del Tribunal Supremo de Brasil, quien bloqueó temporalmente la red social X en 2024. El anuncio coincide con reiteradas críticas de Trump y J.D. Vance contra la legislación europea sobre servicios digitales, acusando a los europeos de limitar el acceso a contenidos bajo el argumento del discurso de odio.
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