Underwood se fue sin compañía a Cerro Gordo, un pueblo que solía ser habitado por mineros pero que fue abandonado aproximadamente en 1880 y donde el texano es el único morador, informa Express News.

Allí, citado por el medio, el joven dice que ha visto el fantasma de un minero en el bar del pueblo, pese a que cuando le contaban que allí había fantasmas él no lo creía. No obstante, el hombre ya lleva dos meses en el pueblo fantasma y no tiene intención de abandonarlo por unos cuantos fantasmas.

Pueblo fantasma

Artículo relacionado

¿Usted compraría un pueblo fantasma? Hay uno en venta en EE. UU.

El portal Atlas Obscura reporta que Underwood llegó a este pueblo abandonado después de conducir su vehículo durante 22 horas, directamente desde Austin, y señala que muchas historias de ultratumba se tejen alrededor de Cerro Gordo, donde según la historia fue un caserío donde reinó la violencia mientras estuvo ocupado: “La gente tenía que dormir con sacos de arena alrededor de la cama debido a los tiroteos de la noche”, señala.

Según el medio, el pueblo sí tiene un celador, pero este se fue a reunirse con su esposa para pasar la cuarentena juntos. Luego llegó Underwood, en principio por solo unos días, pero luego el clima empeoró y se formaron tormentas de nieve que hicieron imposible salir del pueblo, en caso de que hubiera querido.

Como en el desértico pueblo no hay acueducto, Underwood ha tenido que sobrevivir de nieve derretida y alimentos enlatados, pasta, arroz y hamburguesas y pollo congelados que trajo consigo, y de lo cual le queda para sobrevivir otra semana, señala el portal.

Pero lo interesante es que así el clima mejore, dice Atlas Obscura, Underwood no planea irse, pues él compró el pueblo en compañía de un amigo y es su legítimo propietario, después de pagar 1,4 millones de dólares por el terreno y una veintena de casas derruidas.

Pareja en la cama.

Artículo relacionado

Fugaz aventura de hombre con mujer casada obligó al aislamiento de todo un pueblo

En cuanto a los fantasma, el medio reporta que aparece una cara detrás de una de las ventanas de una casa, mientras que en el bar hay un agujero de bala en una pared, con rastros de un charco de sangre debajo, y donde visitantes al sitio han reportado que se les bloquea la cámara del celular cuando han intentado fotografiar la escena de lo que se supone que fue un crimen durante un juego de cartas.

Underwood planea que una vez termine el confinamiento y la emergencia por el coronavirus su pueblo se convierta en una atracción turística para recuperar la inversión. Y, por ahora, dice el hombre citado por el medio, está disfrutando mucho su soledad y aprendiendo a qué es lo verdaderamente importante en la vida.