Norte de Caldas se lanza como la Cuna del Paisaje Cultural Cafetero: unión, turismo e innovación sostenible
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Visitar sitioSeis municipios del Norte de Caldas buscan ser reconocidos como la “Cuna del Paisaje Cultural Cafetero”.
La situación de las obras viales en Caldas atraviesa una etapa de inmovilidad y controversia, que se evidencia en la reciente sesión de debate público donde funcionaron como protagonistas los veedores ciudadanos, responsables políticos y funcionarios. Durante casi siete horas, las intervenciones giraron en torno a los retrasos en proyectos estratégicos, el impacto negativo de la parálisis en el bienestar de las comunidades y la demanda de intervenciones legales y administrativas exhaustivas para reactivar el desarrollo regional. La magnitud de los obstáculos pone de manifiesto la urgencia de reformas tanto en los procedimientos internos de la administración pública departamental como en la fiscalización de los contratos públicos.
Uno de los episodios más destacados involucra el contrato asignado a Eleín Samaná para los corredores Riosucio - Jardín y Berlín - Florencia, con un presupuesto aproximado de 33.462 millones de pesos. Aunque se formalizó su finalización en noviembre de 2024, la obra permanece detenida desde hace diez meses, atrapada en disputas legales que imposibilitan su liquidación unilateral y bloquean la reorientación de los recursos asignados. Daniel Rojas Sepúlveda, veedor ciudadano, ha insistido en que se declare incumplimiento total y se adopten medidas inmediatas para iniciar los trabajos aplazados, reflejando la impaciencia generalizada entre los sectores sociales involucrados, según el citado informe de 'La Patria'.
El impasse no es exclusivo de ese proyecto. Otros ejemplos son el contrato con el consorcio Vial Nazareth, destinado a construir solamente dos kilómetros entre los sectores Termales y Acuaparque y otros 450 metros en Ternium, por un monto total de 16.452 millones de pesos. Estas obras también permanecen suspendidas, con acusaciones de abandono físico por parte del contratista y problemas jurídicos persistentes. Además, los tramos Supía-Caramanta y La Pintada-Arma han sido pospuestos indefinidamente, ya sea por la necesidad de actualizar estudios o por dificultades logísticas, como la falta de asfalto suministrado desde Antioquia, demostrando la compleja red de interdependencias regionales.
Esta problemática ha evidenciado la incapacidad de la Secretaría de Infraestructura de Caldas para lidiar con la acumulación de contratos inconclusos y la debilidad de su acompañamiento legal y administrativo. Un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo apunta como factores clave la demora en los trámites contractuales y la insuficiencia en la supervisión, causas de frecuentes estancamientos en todo el país, patrón que se replica con claridad en Caldas. Las voces políticas y técnicas han identificado como causas estructurales la herencia de decisiones contractuales mal ejecutadas y una histórica falta de coordinación interinstitucional, elementos que agravan la vulnerabilidad del sistema público y ponen en evidencia la necesidad de controles más sólidos y una veeduría fortalecida.
La Fundación Friedrich Ebert Stiftung insiste en que para superar estos retos es imperativo acelerar los procedimientos legales, robustecer la vigilancia ciudadana y garantizar mayor transparencia en cada etapa del proceso. Paralelamente, tecnologías como las plataformas de datos abiertos manejadas por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística aún no se explotan plenamente, a pesar de su potencial para permitir un monitoreo efectivo y participación comunitaria. Todo esto contribuye a la erosión de la confianza en las instituciones y, en última instancia, en el progreso socioeconómico de la población caldense. La resolución de estos desafíos demanda un trabajo mancomunado entre sectores políticos, técnicos, judiciales y sociales, orientado a destrabar contratos, reasignar fondos y establecer controles eficaces que respondan a la urgencia de la región.
¿Qué consecuencias tiene la parálisis de obras viales en la calidad de vida de las comunidades? La detención prolongada de los trabajos viales afecta directamente la movilidad regional, obstaculiza el acceso a servicios básicos y limita la oportunidad de crecimiento económico para las comunidades involucradas. Como manifiestan las fuentes consultadas, el retraso expone a las poblaciones rurales a dificultades logísticas diarias, dilata los tiempos de desplazamiento y aumenta los costos de transporte, afectando actividades comerciales, educativas y de salud. La falta de infraestructura adecuada también puede incidir en el deterioro de la seguridad vial y la conexión con mercados y centros urbanos, generando un círculo vicioso de atraso y desconfianza hacia las autoridades responsables.
La mejora de la infraestructura es señalada por expertos y veedores como una condición indispensable para igualar las oportunidades entre zonas rurales y urbanas. Cuando los proyectos no avanzan o quedan inconclusos, se posterga el desarrollo y se debilita la esperanza de progreso regional, lo que profundiza la brecha social y dificulta los esfuerzos por fortalecer la cohesión territorial. Además, la percepción de abandono por parte de las autoridades incrementa la frustración ciudadana y reduce la participación comunitaria en los procesos de veeduría y control social, factores fundamentales para garantizar la sostenibilidad de futuras intervenciones públicas.
¿Qué funciones tiene una veeduría ciudadana en la vigilancia de contratos públicos? Las veedurías ciudadanas son organismos conformados por miembros de la sociedad civil encargados de supervisar la ejecución y cumplimiento de contratos, verificando el uso transparente y eficiente de los recursos públicos. En el caso de las obras viales en Caldas, su intervención ha consistido en monitorear los avances, denunciar irregularidades y exigir acciones legales oportunas ante el incumplimiento de los contratistas. Este mecanismo, como lo señalan los análisis citados, contribuye a fortalecer la transparencia, evita arbitrariedades y brinda voz a la comunidad en la toma de decisiones.
El trabajo de las veedurías no solo implica la observación y denuncia, sino que también busca incidir en la formulación de políticas públicas que mejoren los sistemas de contratación y supervisión. Aunque la presencia de estas organizaciones ha sido fundamental para poner en evidencia problemas en Caldas, aún enfrenta retos en cuanto a su capacidad de incidir efectivamente en los procesos técnicos y administrativos. El fortalecimiento de su labor es considerado prioritario por organismos como la Fundación Friedrich Ebert Stiftung, especialmente en contextos donde la infraestructura es motor de desarrollo local y regional.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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