“La Abuela de Caldas” en vilo: ¿demolición o renovación? El dilema que divide a Anserma y a sus comerciantes
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Visitar sitioEntre incertidumbre y modernización, la icónica Plaza de Mercado de Anserma enfrenta un giro decisivo.
El futuro de la Plaza de Mercado de Anserma —conocida tradicionalmente como “La Abuela de Caldas”— se encuentra en el centro de un debate público impulsado por graves deficiencias estructurales y sanitarias identificadas en el edificio. Según datos recolectados por la Alcaldía de Anserma y sustentados en estudios técnicos realizados, entre otros, por la Universidad Nacional, la estructura no solo incumple con normas esenciales de sismorresistencia, también presenta fallas sanitarias que llevaron en 2021 al cierre del pabellón de carnes, una decisión de la Dirección Territorial de Salud de Caldas. La Procuraduría General de la Nación advirtió, además, que la falta de soluciones para estos problemas podría resultar en el cierre de otros pabellones. Estas alertas han sumido en incertidumbre a los comerciantes y autoridades del municipio.
Para hacer frente a la situación, la Alcaldía cuenta con un crédito por $10 mil millones otorgado por el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro), lo que limita las intervenciones posibles al margen de ese presupuesto. Inicialmente, la propuesta prioritaria impulsada por la administración fue la demolición total del edificio para edificar uno nuevo, incorporando mejores áreas comerciales, accesibilidad para personas con movilidad reducida, sistemas de iluminación y ventilación optimizados, además de un adecuado manejo de residuos. No obstante, la preocupación de los comerciantes por perder sus puestos de trabajo y fuentes de ingreso forzó la revisión de la propuesta. Como alternativa, se planteó demoler solo el tercer piso —considerado el sector más vulnerable— y reforzar el resto del inmueble con una estructura metálica exterior que garantice la seguridad y condiciones sanitarias exigidas.
El dilema enfrenta, así, la premisa de modernizar la infraestructura con la necesidad de mantener la estabilidad económica de los locatarios y la esencia cultural de la plaza. Según expertos consultados por El Espectador, en casos semejantes en plazas de mercado se resalta la importancia de no solo satisfacer requisitos técnicos, sino también asegurar procesos donde comerciantes y comunidades participen activamente. La Alcaldía local ha manifestado su intención de instalar módulos temporales que permitan a los comerciantes continuar su actividad laboral, sin incremento de arriendos, para evitar la interrupción de la economía local durante las obras.
La problemática de Anserma es reflejo de una dificultad extendida en varias ciudades y municipios de Colombia, donde la infraestructura pública antigua no se ha adaptado a exigencias recientes sobre sismorresistencia, incrementando el riesgo ante eventos sísmicos, como lo advierten el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID Colombia). La necesidad de intervenir es apremiante frente a potenciales daños humanos y económicos derivados del deterioro estructural y sanitario.
Desde el punto de vista social y cultural, “La Abuela de Caldas” representa un espacio fundamental para la vida cotidiana del municipio. Comerciantes como Esaú López expresan su preferencia por intervenciones parciales que perpetúen la memoria histórica del lugar, mientras que otros aceptan la importancia de la modernización con el compromiso de recibir información clara y garantías de participación. La tensión llegó incluso a amenazas contra el alcalde Ómar Andrés Reina Muñoz por impulsar estas reformas, acentuando la relevancia de un proceso transparente que permita, en próximas socializaciones, tomar una decisión que equilibre las necesidades técnicas con las sociales.
En síntesis, la experiencia de Anserma se configura como referente para la intervención de edificios patrimoniales bajo restricciones presupuestales y altos requerimientos normativos. Su desenlace podría aportar lecciones a otras localidades sobre cómo actualizar la infraestructura pública y comercial, sin sacrificar la identidad cultural ni el bienestar de quienes dependen de estos espacios.
¿Por qué la sismorresistencia es un requisito obligatorio para edificios públicos? La sismorresistencia, o capacidad estructural para soportar movimientos sísmicos, es obligatoria en edificaciones públicas porque garantiza la seguridad de quienes las utilizan. Las normas actuales buscan minimizar riesgos de colapso y lesiones, a partir de estudios y parámetros que evolucionan con el tiempo. Las plazas de mercado, por su concentración de personas y bienes, requieren especial atención de las autoridades en este aspecto. En Anserma, el incumplimiento de estos estándares se tradujo en advertencias y sanciones, subrayando la importancia de actualizar estructuras conforme a la regulación vigente.
¿Qué riesgos sociales enfrentan los comerciantes durante renovaciones de plazas de mercado? Cuando una plaza de mercado entra en proceso de renovación, los comerciantes suelen enfrentar la amenaza de perder ingresos y estabilidad laboral, al verse forzados a abandonar temporal o definitivamente sus espacios. Las experiencias recogidas en Anserma muestran que muchas de estas preocupaciones surgen por miedo a quedar excluidos o que sus negocios pierdan clientela. Ante ello, la instalación de módulos transitorios y el compromiso de mantener los arriendos sin incrementos se consideran medidas esenciales para mitigar impactos negativos y salvaguardar el tejido comercial local durante las obras.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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