"Bogotá reinventa sus parques: así funciona el modelo de apadrinamiento que une ciudadanos y empresas"
Bogotá cuenta con un espacio de información muy completo donde la ciudadanía, residentes y extranjeros pueden consultar la información que les interesa sobre Bogotá, su historia, sus localidades, la gestión y principales noticias de la Administración Distrital.
Visitar sitioDescubre cómo Bogotá busca transformar sus parques y qué riesgos enfrenta este modelo colaborativo.
La iniciativa de apadrinamiento de parques impulsada por Bogotá bajo el eslogan “Bogotá, mi Ciudad, mi Casa” constituye una propuesta que pretende tejer nuevos vínculos entre los sectores privado, público y la ciudadanía con el objetivo de conservar, embellecer y activar los espacios verdes de la ciudad. Este programa, concebido en un contexto donde la capital colombiana experimenta un crecimiento urbano acelerado y una densificación significativa, busca reforzar el sentido de corresponsabilidad social frente a los entornos comunes, subrayando la importancia de los parques como núcleos de calidad de vida y cohesión social, según el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD, 2025).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha subrayado que el acceso a parques en las grandes ciudades repercute positivamente en la salud física y mental, ya que fomenta la práctica de actividad física, el contacto con la naturaleza y las relaciones entre los habitantes, impacto que se acentúa en los sectores más vulnerables. Bogotá cuenta con una red diversa de parques y zonas verdes, pero ha enfrentado obstáculos en su adecuado mantenimiento y seguridad, lo que ha limitado en parte su aprovechamiento pleno por la comunidad, como reconoce la Alcaldía de Bogotá (2023). La importancia de revertir esta situación es aún mayor en entornos urbanos donde el espacio público representa un bien escaso y esencial.
El modelo de apadrinamiento delineado para Bogotá plantea que empresas, fundaciones o colectivos ciudadanos puedan adoptar un parque, comprometiéndose tanto a su cuidado como a la realización de mejoras e impulsando actividades culturales o deportivas. Este esquema colaborativo no surge en el vacío: se inspira en experiencias internacionales exitosas, como las vividas en Nueva York y Londres, donde estrategias semejantes favorecieron la reducción de actos de vandalismo y una notable revitalización comunitaria, de acuerdo con el Urban Studies Journal (2019).
Durante los primeros meses de operación en Bogotá, la Secretaría de Ambiente y el IDRD informan la vinculación de más de 50 organizaciones, así como mejoras palpables en al menos 20 parques en distintas localidades, lo que respalda la viabilidad del modelo. Este avance inicial permite vislumbrar la posibilidad de ampliación e institucionalización del esquema como una alternativa eficaz para consolidar la gestión conjunta y participativa de los espacios públicos urbanos (IDRD, 2025).
No obstante, voces especializadas en urbanismo y sociología, como señala la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia (PUC Colombia, 2024), insisten en que este tipo de alianzas deben complementar, pero no sustituir, el liderazgo gubernamental. Hay que evitar que la gestión de los parques derive en procesos de mercantilización o exclusión, por lo que se requiere el mantenimiento de reglas claras, mecanismos de rendición de cuentas y amplia participación ciudadana. Un monitoreo constante desde la academia y medios especializados será clave para valorar los impactos, identificar ajustes y adaptar la estrategia a las particularidades de cada contexto barrial.
En síntesis, el apadrinamiento de parques en Bogotá se encuadra en un escenario global de búsqueda de corresponsabilidad y apropiación del espacio público. Su consolidación depende tanto de la interacción equilibrada entre sectores como de la vigilancia de los ciudadanos, con la finalidad de garantizar parques vibrantes, inclusivos y seguros que fortalezcan el tejido social y el bienestar colectivo (IDRD, 2025; WHO, 2021; Urban Studies Journal, 2019; PUC Colombia, 2024).
¿Qué desafíos enfrenta la expansión del modelo de apadrinamiento de parques en otras zonas de Bogotá?Esta pregunta surge porque, aunque los primeros resultados parecen alentadores, la implementación de este esquema puede variar considerablemente de acuerdo a las características de cada localidad, los niveles de organización comunitaria y la disposición de actores privados a colaborar. Las zonas periféricas o menos favorecidas podrían enfrentar mayores retos para atraer a padrinos y sostener el modelo, lo que plantea la necesidad de estrategias diferenciadas y de una intervención más fuerte por parte del sector público para asegurar la equidad territorial y la sostenibilidad de los beneficios alcanzados.
Entender estos desafíos es fundamental para quienes participan o supervisan la política pública, ya que la desigualdad en la distribución y calidad de los parques puede generar brechas en la calidad de vida de los habitantes. Un análisis detallado de los casos por zona y la identificación de barreras específicas permitirá perfeccionar la estrategia y replicar los aprendizajes de los proyectos más exitosos en contextos con mayores necesidades.
¿Qué significa la mercantilización de los espacios públicos y por qué es una preocupación?El concepto de mercantilización hace referencia a la tendencia de convertir bienes comunes, como los parques, en espacios sujetos a intereses económicos privados, lo que podría limitar el acceso igualitario de la ciudadanía o condicionar su uso a la lógica comercial. En el debate sobre el apadrinamiento de parques, este tema es motivo de debate entre académicos y expertos consultados por la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, quienes advierten sobre el riesgo de que los espacios públicos pierdan su esencia inclusiva si el sector privado asume un rol dominante y no existe una supervisión adecuada por parte de las autoridades.
La preocupación radica en que la esencia de los espacios públicos debe ser su carácter abierto, democrático e incluyente. Si la gestión y renovación de los parques depende exclusivamente de intereses privados, pueden surgir restricciones, cobros o usos orientados a ciertos sectores sociales, contradiciendo el principio de equidad. Por eso el control gubernamental y la transparencia resultan fundamentales para preservar la función social y el acceso universal a estos lugares.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
Temas Relacionados:
Te puede interesar
Sigue leyendo