Madrid celebra la diversidad del teatro latinoamericano: claves del 43º Festival de Otoño y sus imperdibles

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El Festival de Otoño de Madrid impulsa el teatro latinoamericano con obras que trascienden fronteras.

El 43º Festival de Otoño de Madrid, evento cultural que se extiende desde el 6 hasta el 30 de noviembre, se ha consolidado como uno de los espacios más relevantes para el encuentro de las artes escénicas en países de habla hispana. Más de la mitad de su programación proviene de fuera de España, lo que permite abrir una ventana a creaciones que abordan las realidades y los estilos de vida de Latinoamérica. En palabras de Marcela Diez, directora artística del festival, esta edición reafirma el interés particular de propiciar el diálogo entre distintas experiencias, inquietudes y expresiones, resaltando la diversidad que encierra el idioma español a lo largo del continente.

Entre las presentaciones más destacadas de la programación internacional se encuentra Labio de liebre, pieza colombiana seleccionada para representar al país durante el festival. La obra es la propuesta más importante de Teatro Petra y podrá verse los días 14 y 15 de noviembre en la Sala Roja Concha Velasco de los Teatros del Canal. Escrita y dirigida por Fabio Rubiano, Labio de liebre explora las profundas cicatrices del conflicto armado en Colombia. Su protagonista, Salvo Castello, vive en el extranjero bajo un programa de protección de testigos después de haber cometido varios crímenes en época de guerra. La trama lo muestra enfrentándose a la soledad y el peso del exilio, mientras los fantasmas de quienes fueron sus víctimas regresan a cobrarle cuentas pendientes, obligándolo a enfrentar los dilemas de culpa, perdón y memoria colectiva.

Esta producción ha recibido aplausos en escenarios internacionales por su valentía al abordar el horror y el dolor sin renunciar al humor ni a la reflexión. Rompe con los esquemas convencionales del teatro testimonial al invitar al público a vivir una experiencia incómoda en la que la dicotomía entre víctima y victimario se difumina, resaltando la complejidad de quienes han sido marcados por la violencia.

La programación del 43º Festival de Otoño de Madrid también incluye otras piezas latinoamericanas relevantes. Entre ellas destaca Edipo: Nadie es Ateo, obra del mexicano David Gaitán, que reinterpreta la tragedia griega desde un enfoque contemporáneo y ligado a la problemática social de México.

Asimismo, se presenta Los días afuera, teatro documental musical que da continuidad a la película REAS, relatando nuevas etapas en la vida de seis personas tras su salida de prisión. Por otro lado, la compañía argentina suma una adaptación escénica del libro Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez, dirigida por Leonel Schmidt, abordando las pérdidas y la resiliencia. La cuota uruguaya la aporta Ofrenda para el monstruo, pieza de danza-performance de Tamara Cubas, que arriesga con su lenguaje corporal al explorar el cruce de tiempos y emociones que agitan a la juventud actual.

El festival madrileño busca así reunir en sus escenarios las múltiples voces y matices del arte latinoamericano contemporáneo. Los interesados en conocer el resto de la programación pueden consultar la página oficial, donde se recoge el variado repertorio que nutre la edición de este año.

¿Cómo influye el Festival de Otoño de Madrid en la visibilidad internacional del teatro latinoamericano?

El Festival de Otoño ha dado cabida, en esta edición, a una importante representación del teatro latinoamericano, lo que evidencia su papel como plataforma de proyección y reconocimiento internacional. Obras que abordan problemáticas sociales, memoria histórica y experimentación escénica han logrado traspasar fronteras y captar la atención de nuevos públicos, además de establecer puentes de colaboración con creadores de otros países.

Esta dinámica permite que las producciones más allá de los escenarios locales puedan ser vistas y debatidas en contextos distintos a los propios, enriqueciendo el panorama cultural y favoreciendo la circulación de ideas. Así, el festival madrileño se consolida como un motor clave no solo para la visibilidad artística, sino también para el intercambio y la reflexión en torno al hecho teatral en el ámbito iberoamericano.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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