En pleno corazón de Bogotá, otro legendario restaurante se va a la quiebra por la crisis

Tras 56 años de tradición, La Romana cierra su local ubicado en la Avenida Jiménez; ya había cerrado la sucursal de la Carrera 7 con Calle 19.

De las cinco sedes que llegó a tener alguna vez el icónico restaurante italiano, únicamente quedaban tres. Hoy, ya es solo una la que se mantiene activa y luchando contra la crisis económica.

La clausura de la sucursal más emblemática del restaurante que abrió sus puertas en 1964 fue divulgada por el periodista Ricardo Rondón Chamorro en su cuenta de Facebook. 

Varios usuarios de la red social aprovecharon para lamentar el triste hecho y recordar algunas anécdotas que tuvieron lugar en La Romana. Otros, deploraron las duras medidas que han tenido que tomar restaurantes reconocidos de Bogotá por la falta de solvencia.

Desde que lo fundó, César Ianini, hijo de un italiano que llegó a la capital colombiana en 1935, siempre se esmeró por mantener viva la tradición culinaria de la tierra natal de su padre, apuntó El Espectador en un artículo publicado en 2017. De ahí que el sitio se volviera tan popular entre los amantes de la comida italiana.

De hecho, la sede de la Avenida Jiménez era frecuentada por senadores y periodistas de CityTV, dada la cercanía del restaurante con las oficinas del canal y del Senado, recogió El Espectador en su artículo.

Además de La Romana, el impacto de la crisis también lo sintieron los restaurantes del chef Harry Sasson, quien tuvo que cerrar recientemente Club Colombia y Harry’s Bar. Cabe recordar que, en días anteriores, anunció que Balzac se despidió definitivamente de sus comensales. 

Los hermanos Rausch, por su parte, se vieron obligados a ponerle fin a cinco de sus famosos locales de comida en Bogotá y Villavicencio porque ya no podían pagar las deudas que tenían.

Junto con La Romana, otro restaurante tradicional que cesó sus actividades fue La Puerta Falsa. El Tiempo indicó que el restaurante más antiguo de la capital tampoco aguantó los efectos de la emergencia económica. Actualmente, estudiantes de la Universidad del Rosario están llevando a cabo una convocatoria para encontrar soluciones que permitan salvar este lugar.