Juliet Ritchers, profesora de salud sexual de la University of New South Wales en Australia ha estudiado este fenómeno que afecta a miles de personas alrededor del mundo y asegura que aunque todos deberían ser capaces de disfrutar las relaciones sexuales, existen algunos factores naturales que lo impiden.

Este fenómeno puede variar dependiendo de la persona. Algunas pueden pasar días, semanas y meses sin sentir la necesidad, incluso si tienen pareja, mientras que otros se acostumbran por no tener a alguien con quien hacerlo.

El estrés y la ansiedad también pueden llevar a una falta de deseo sexual, determinada por factores de preocupación que dispersan y ocupan los pensamientos.

La falta de sueño es otro factor vital, pues, según Women’s Health, el cuerpo necesita estar descansado para tener la energía necesaria y las ganas suficientes de tener relaciones.

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Los padres de niños pequeños, por ejemplo, también sufren de cansancio, y muchos incluso prefieren dormir a tener relaciones con su pareja.

Por estas razones, Ritchers asegura que es normal que algunas personas de diferentes edades no sientan ganas de tener sexo, en especial si su cuerpo y mente no están en las mejores condiciones; sin embargo, es importante acudir a un experto en caso de que los síntomas persistan.

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