La decisión fue tomada por no haber activado un “plan de contingencia, ni ejecutado y controlado la emergencia”, ocurrida desde el pasado 2 de marzo en el predio Palmas de Colombia, de ese municipio santandereano, detalló la ANLA en un comunicado.

El vertido de 550 barriles de crudo comenzó en el pozo La Lizama 158, en jurisdicción de Barrancabermeja, una localidad en la que centenares de vecinos se han quedado sin agua debido al afloramiento.

Ese derrame ha causado una gran mancha de petróleo que en un principio se extendió por dos quebradas, La Lizama y Caño Muerto, dejando a su paso miles de animales muertos, la mayoría de ellos, peces.

El crudo cayó entre el 12 y el 15 de marzo, fecha desde la que no ha habido más derrames, según dijo ayer el presidente de Ecopetrol, Felipe Bayón.

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La información de la ANLA agregó que la compañía tampoco informó “en oportunidad de las circunstancias que agravaron las condiciones iniciales de la contingencia reportada y que demostraban la real magnitud del evento ocurrido”.

“Si bien la Empresa informó el evento de contingencia ocurrido el 2 de marzo en el predio Palmas de Colombia, conforme a la información aportada en reportes posteriores al parecer la empresa no informó en oportunidad la real magnitud de la contingencia ocurrida y que además reportó como controlada el 3 de marzo”, explicó la ANLA.

Por ello, consideró que se “obstaculizó” el seguimiento que debía hacerle a la situación, “toda vez que de conocerse en oportunidad la magnitud del evento por parte de la ANLA se habría comisionado de manera inmediata personal técnico al lugar” donde ocurrió.

Otro de los argumentos para comenzar el proceso fue que el derrame afectó las dos quebradas en un área de 24 kilómetros, así como 20 del río Sogamoso, además de haber generado la muerte de diferentes especies de animales y plantas en la zona.

Por su parte, en su balance de este martes, el Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres de Santander aseguró que no hay “un nuevo afloramiento que esté afectando la quebrada La Lizama”, pese a que los técnicos de Ecopetrol detectaron un nuevo hueco en el lugar de emanación de crudo.

“Lo que ocurrió hace parte del mismo proceso y no corresponde a otro punto de emanación de crudo”, aseguró el Ministerio de Ambiente en un comunicado.

Para este martes y como parte del plan de contingencia, estaba previsto que llegara una unidad estadounidense de “snubbing”, que “permite intervenir pozos en condiciones de alta presión”.

Ante esta situación, el jefe de la cartera de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, le envió una carta al procurador, Fernando Carrillo, para pedirle que el Ministerio Público empiece “los procesos disciplinarios tendientes a identificar a los responsables de esta tragedia ambiental”.

Le envió además otra carta al fiscal general, Néstor Humberto Martínez, para solicitarle la apertura de una investigación penal para este caso.

En un comunicado, Ecopetrol explicó que el afloramiento “continúa en proceso de disminución de la presión” y se confirma que “el nivel de fluidos contenidos en el lugar sigue disminuyendo”.

Además, aseguró que el crudo está “confinado en el lugar” donde se produjo el vertido “sin riesgo de desbordamiento hacia las fuentes hídricas”.

EFE