En un país como Colombia, los políticos mentirosos no obtienen gran cosa inventándose estudios que no tienen

“Se dice, por ejemplo, que Álvaro Uribe fue profesor asociado de Oxford y que hizo una especialización en Harvard, ambas historias son falsas pero no por eso sus fanáticos van a dejar de alabarlo”, cuenta Andrés Burgos en su blog de El Tiempo, donde analiza el reciente escándalo del falso doctorado de Enrique Peñalosa y concluye que “el país está lleno de doctores sin doctorado, de gentecita que se cree inteligente pero que no tiene otro mérito que tener un apellido ilustre o un buen círculo de amigos, o ambas cosas”.

Burgos relata que en Colombia, “cuando los estudiantes reciben su doctorado se enfrentan a un sistema laboral hostil que prefiere la experiencia laboral que el título, en las entrevistas les dicen que están sobrecalificados o que no pueden pagarles el sueldo que se merecen” y por eso, entre otras cosas, le “resulta curioso que en uno de los países más corruptos del mundo algunos poderosos sientan la necesidad de inventarse estudios que no han cursado para inflar una hoja de vida que en realidad nadie lee, como si eso fuera un requisito para destacarse en el país del atajo y de la trampa”.

“El ciclo del populismo está llegando a su fin, porque no puede haber populismo sin dinero que repartir”

Con datos del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, Andrés Oppenheimer plantea en su columna de El Nuevo Herald que hay un declive económico en América Latina porque “muchos gobiernos sudamericanos despilfarraron la mayor bonanza de sus exportaciones de materias primas en la historia reciente en un festín populista — y repleto de corrupción — que dejo a sus países quebrados”.

Según los informes, que serán publicados próximamente, “es probable que la economía de la región se mantenga deprimida por casi todo el resto de la década”, sin embargo, el periodista considera que “Latinoamérica comenzará su recuperación mucho antes, porque los vientos políticos en la región están cambiando rápidamente” y concluye: “Suena demasiado optimista, pero no me extrañaría que veamos la luz al final del túnel antes de lo que muchos creen”.

Los brasileños no han podido superar el duelo por el 1-7 frente a Alemania del Mundial 2014

Sarah Castro Lizarazo hace un recuento de la historia del fútbol brasileño y se detiene en “ese 8 de julio de 2014 en el que Müller, Klose, Kroos, Khedira y Schürle lo hirieron de muerte. Nada ha vuelto a ser lo mismo”, y lo sustenta en la pobre Copa América de la ‘Seleção’ y su campaña en las eliminatorias hacia Rusia 2018: “En este momento el equipo es sexto en la tabla y está fuera del Mundial”.

“Son tiempos en los que los jugadores brasileños ya no son las figuras de otras épocas”, dice en su columna de As, y opina que “Parece imposible pensar que un país con un ADN futbolero tan exquisito y más de 200 millones de habitantes no haya futbolistas lo suficientemente talentosos para refundar la idea de juego que hizo de Brasil una selección aplaudida en todas las canchas”.

Castro concluye que “Dunga sigue en la mira de los aficionados y la Copa América Centenario sería su última oportunidad”.

“Quien adquiere poder político (en Colombia) tiene mayor capacidad de pasarse las leyes y las normas sociales por la faja que quien tiene dinero”

Así lo aseguró el columnista Gustavo Duncan en el medio El País de Cali, donde hace una dura crítica a la desigualdad de poder en el país. Dijo también que hay “más injusticia que inequidad” y para dar un contexto general, dio un ejemplo concreto reciente; el caso denunciado públicamente por el secretario de seguridad de Bogotá, Daniel Medía acerca de Luis Carlos Sarmiento. En este caso, el denunciante recibió apoyo y el “gran perdedor en el episodio fue el banquero”.

Sobre esto, dijo que meterse con una persona adinerada no tiene las mismas consecuencias que hacerlo con un político.

“El asunto es entonces que en Colombia, pese al grado tan extremo de desigualdad económica existente, quien adquiere poder político tiene mayor capacidad de pasarse las leyes y las normas sociales por la faja que quien tiene dinero, sobre todo si ese dinero es de origen legal. Increíblemente el problema es más la injusticia política que la inequidad económica”.

Con el fin de vender más y promover el “consumo verde, ecológico y responsable”, algunas empresas exageran en sus campañas publicitarias

En los últimos años, las campañas de consumo responsable han aumentado considerablemente y sobre esto, David Marín Cortés escribió en su columna de opinión publicada en La República que el porcentaje de consumidores colombianos que se ha sumado a la tendencia son cada vez más.

Sin embargo, “pueden presentarse casos de empresas o individuos que, con el ánimo de aumentar sus ganancias, incrementar participación de mercado, mejorar su reputación, entre otros, realicen declaraciones engañosas, exageradas o confusas sobre los beneficios ambientales de sus productos o servicios”.

Por eso, plantea la solución de que las empresas generen estrategias responsables para evitar perder la credibilidad del consumidor.

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