Se trata de un aparato con sistema electrónico que se instala en los espejos laterales y que puede generar una descarga de entre 1.500 y 3.000 voltios a quien intente arrancarlos.

Este sistema se activa desde la parte interior del vehículo y no provoca quemaduras ya que está diseñado solo para neutralizar al atacante, explica uno de los creadores, Camilo Epia, a Noticias Caracol.

“Este dispositivo es mucho menor que un taser (pistola eléctrica) y el conductor no va a tener problemas ni demandas”, indica el ingeniero y también creador Cristian Robayo, refiriéndose a una posible sanción de la justicia si el ladrón resulta herido.

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Los jóvenes cuentan al noticiero que la idea surgió luego de que les robaran los espejos del carro en el centro de la ciudad, y que por eso decidieron tratar de ayudar a los conductores.

Pese a que es evidente la descarga eléctrica que recibe la persona que toca el espejo, el interrogante que surge es saber si tiene la misma efectividad en caso de que el ladrón use guantes o quiera despegar solamente la luneta.

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