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Periodista     Jul 31, 2023 - 11:13 pm

“Se le desbarata el gobierno”, vaticinaba Gaviria en una entrevista, después de quedar fuera de la carrera por la Presidencia, en 2022, asegurando que el presidente Gustavo Petro “nombraría un gabinete de unidad que no lograría cohesionar“, lo que terminaría desencadenando su derrumbe.

Esa crisis se hizo realidad en el momento en el que el propio Gaviria salió del gabinete junto a Cecilia López y José Antonio Ocampo. Tan acertado fue que le terminaron diciendo “profeta”, pues la situación se repitió poco después con otros ministros.

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Meses después de esos episodios, el exministro acaba de publicar su libro ‘La explosión controlada’, donde hace un análisis y un recuento más profundo de esa primera gran crisis. Con ocasión del lanzamiento, Gaviria habló con El Tiempo y amplió su análisis del Gobierno Petro con otra predicción: “Tenemos tres años más de gobierno que van a ser difíciles, seguramente con mucha pugnacidad”.

Pero el extitular de la cartera de Educación aclara que su intención no es hacer una crítica destructiva, sino “un llamado de atención”: “Quiero que las cosas salgan bien en el Gobierno”. Y es que, según él, lo que esa situación va a comprometer ni siquiera será la imagen del propio presidente, sino su intención de cambio.

“Va a haber una tensión muy grande, una contradicción entre las promesas de cambio, que son grandilocuentes, y las realidades”, cree. Sin embargo, esto sí se debería al talante del mandatario, de quien dice que “confía totalmente en sus proezas oratorias y en el poder de su argumentación”.

“Él se saborea su oratoria, le gusta. Donde lo sentí más cómodo, en todos los espacios, fue hablando”, añade, pero también radica en ello su debilidad: “Esa persona que uno ve tranquila, segura en la oratoria, no es la misma cuando se discuten aspectos de política pública mucho más puntuales, con los que parece perder la paciencia”.

Un ejemplo de esto, prosigue la entrevista, es cuando el presidente se toma el tiempo de escuchar a la gente. Gaviria cuenta que “no tomaba nota, lucía tranquilo, pero a veces desconectado y con su mente en otro lugar”, por lo que la entrevistadora, María Isabel Rueda, le pregunta si es que “se desconecta muy fácilmente y se va para otro lugar”. “Es como si a él le interesaran las angustias de la gente en teoría, pero no tanto en la práctica. Esa imagen es una especie de paradoja, que llamé ‘la soledad de la elocuencia’”, contesta el exministro.

El ‘Gobierno del cambio’, ¿un imposible?

Donde el también excandidato presidencial ve mayores problemas para que se hagan realidad los planes del presidente Petro es en algo mucho más profundo. En la entrevista lo califica como una “pasión por lo imposible”, en la que Petro parece definirse a sí mismo como una suerte de adalid cuya misión es “enfrentar unos poderes paralizantes que están por todos lados y conectarse con el pueblo”.

“Tenemos dos visiones diferentes de cómo se cambia y transforma la sociedad”, comenta Gaviria. “Él plantea el mundo entre contradictores enemigos y los amigos. Le queda difícil entender que los contradictores no son enemigos y que esas visiones del cambio podrían incluso complementarse”.

“Si no asume una posición más pragmática, el cambio no va a ser posible”, advierte el también exrector de la Universidad de Los Andes, y cita al escritor Yezid Arteta, quien lo compara con el presidente chileno: “A Petro no lo van a amaestrar, porque él no es [Gabriel] Boric”, dice. “La historia que Petro jamás resistiría es la de una persona que llegó al poder y traicionó unos principios y una lucha política”.

“Parece paradójico, porque el cambio implica negociación, llegar a acuerdos, flexibilidad. Él por momentos parece estar dispuesto a cambiar. […] Después se echó para atrás. Porque está en esa ambivalencia. Por eso digo en el subtítulo del libro que quien prometió el cambio está en una encrucijada”, considera.

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El diagnóstico de Gaviria también apunta a lo poco que duró su intención de gobernar en lo que encerraba su Pacto Histórico. “Siempre cree que los otros pueden tratar de hacerle daño, que hay conspiraciones todo el tiempo”, dice, y asegura que esa “mentalidad paranoide” se debe a sus “posiciones ideológicas extremas, con ideas fijas”.

“La salida mía del Gobierno se debe en parte a que él creyó que yo estaba tejiendo una conspiración en el interior del Gobierno”, recuerda, e incluye un reclamo fuerte en ese sentido: “Es una contradicción importante prometer la paz total y no hacer ningún esfuerzo para la paz política”.

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Pero Gaviria cree que Petro ha demostrado ser capaz de hacer algo distinto, lo cual le serviría para alterar ese curso de colisión. “En el tema de la estabilidad macroeconómica ha sido un presidente más práctico, más alejado de las ideologías, dispuesto a mantener la estabilidad monetaria, porque le teme a una crisis económica. Pero en el tema sectorial, de la salud, la educación, la infraestructura, del sector energético, de la vivienda, ahí sale el ideólogo”, cita el mismo diario.

“La paradoja es: ¿a quién le ha ido bien con el Gobierno Petro? A los inversionistas, que han valorizado en 50 por ciento sus activos. ¿A quién le ha ido mal? No ha pasado nada en los temas sectoriales, y quienes están esperando el cambio, se pueden quedar esperándolo”, subraya.

“Uno puede tener dos actitudes. Una es decir: el cambio es difícil, voy a hacer los mejores esfuerzos en la política pública. Ese no es el presidente Petro. A él le gusta más el discurso de ‘hay unos poderes, visibles e invisibles, que no me dejaron, y yo tuve el valor de enfrentarlos’”, concluye.

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