La operación empezó al amanecer y proseguía por la noche. “En total, 2.024 migrantes abandonaron el lugar en 42 autobuses y la operación continuará”, indicó a la AFP una fuente policial.

La evacuación, que se llevó a cabo de forma pacífica, durará una semana, según el gobierno.

Los medios tenían vedado el acceso a la zona por barreras policiales instaladas a tres kilómetros del campo, exceptuando los equipos de la televisión pública Ert 1 y de la agencia estatal ANA, que mostraron imágenes de migrantes esperando el traslado.

Algunos saludaban hacia las cámaras y muchos llevaban sus pertenencias en bolsas de basura o las apilaban en carritos de niños, bajo la vigilancia a cierta distancia de policías de uniforme azul y cascos blancos.

Las autoridades indicaron que darían prioridad a menores solos o a familias monoparentales.

La evacuación se produce después de un invierno con lluvias gélidas que convirtieron al lugar en un lodazal y de varias tentativas de forzar los pasos fronterizos, que condujeron a enfrentamientos con la policía de Macedonia.

La ola migratoria también provocó tensiones con los agricultores y perturbaciones en el tráfico ferroviario hacia el norte de Europa, a causa de cortes de vías durante manifestaciones de protesta de los refugiados.

“Estaban cansados, probablemente se dieron cuenta de que la frontera no se abriría y las últimas lluvias colmaron la medida”, dijo la fuente policial.

Según la policía local, los primeros migrantes fueron trasladados a centros de acogida en Salónica, unos 80 km al sur. Unos 100 migrantes decidieron no ir a los centros de acogida y se dirigían a Salónica a pie.

Las organizaciones humanitarias denunciaron en varias ocasiones las deplorables condiciones sanitarias y de seguridad del lugar.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) anunció el envío de personal suplementario para ayudar en el proceso de evacuación.

“Es importante que los desplazamientos organizados sean voluntarios, no discriminatorios y que los individuos dispongan de informaciones sobre sus opciones”, dijo el portavoz de ACNUR en Ginebra, Adiran Edwards.

Idomeni fue abierto el año pasado por grupos humanitarios para acoger a un máximo de 2.500 personas en su camino hacia Europa central o septentrional.

Pero llegó a albergar a más de 12.000, principalmente sirios, iraquíes, iraníes y del Magreb, después de que los países de los Balcanes cerraran en febrero sus fronteras para frenar el constante paso de columnas humanas por sus territorios.

En lo que va del año, 190.000 migrantes y refugiados llegaron por mar a Europa, por las costas de Italia, Grecia, Chipre y España, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Otras 1.359 lo hicieron por vía terrestre.

AFP

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