Luego de mencionar lo obvio, sus puntos de vista ultraconservadores sobre el control de la natalidad y el aborto, Douglas Robertson dice en una columna en el diario británico ‘The Independent’ que “ella representa la mayor victoria de relaciones públicas de la Iglesia en los últimos cien años”, tanto que muchos, seguramente, reconocerían su imagen antes que la de cualquiera de los últimos papas.

“Un aspecto adecuadamente carismático, una inclinación para oportunidades de fotos con la princesa Diana… y una marca global de recaudación de fondos (su comunidad, las ‘Misioneras de la Caridad’, ha recogido miles de millones de dólares)… todo esto combinado con la creencia del público de que la madre, o Santa, Teresa predicaba un mensaje deliciosamente agradable al paladar de la paz y el amor que rayaba en lo hippie”, dice.

Para él, la santificación lo único que hace es aumentar la longevidad de su ‘marca’, pero formula una pregunta que lleva a los otros críticos: “¿Una mujer que predica la virtud en el sufrimiento en lugar de tratar de aliviarlo y se llevó el dinero de los dictadores era realmente tan santa?”.

Cabe recordar que este domingo, el Papa Francisco canonizó a Teresa de Calcuta ante más de 100 mil personas congregadas en la Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano. En la ceremonia, el pontífice afirmó sobre la monja que “su santidad fue tan cercana a nosotros, tan tierna y espontánea que se le seguirá llamando madre, madre Teresa”, informa EFE.

Francisco, en la ceremonia de canonización de Teresa de Calcuta | Getty Images / Francisco, en la ceremonia de canonización de Teresa de Calcuta | Getty Images

El País de España, cita a Aroup Chatterjee, autor del libro ‘Mother Teresa The Final Veredict’ (Madre Teresa, El Veredicto Final), a quien describe como su crítico más consistente: “ni en Occidente ni en India se quiere oír (sobre su lado oscuro) porque nadie quiere saber que su icono de la compasión, premio Nobel de la Paz, era una fanática religiosa amiga de dictadores, ricos y corruptos. A los pobres les pidió resignación y los ayudó a morir, pero sin darles cuidado profesional”. Chatterjee también estuvo detrás del documental ‘Ángel del infierno’.

El País menciona su cercanía con Jean-Claude Duvalier, dictardor de Haití, o Enver Hoxha, de Albania. Así mismo dice que recibió (y nunca devolvió) un millón de dólares de Charles Keating, encarcelado en Estados Unidos por fraude financiero a finales de los 80.

La prédica de “la virtud en el sufrimiento” fue llevada al extremo de que la madre Teresa no les administraba analgésicos a los enfermos, en lo que podría haber usado una mínima parte de las fortunas que recibía.

“A los moribundos no se les daba ningún analgésico fuerte, incluso en los casos más extremos, y los cuidados no eran profesionales, carecían de la más básica higiene, sufrían condiciones de tortura”, dice Chatterjee citado por El País.

Esta versión fue confirmada por el voluntario cubano-estadounidense Hemley González que dice, citado por el periódico, que vio cómo “las agujas eran solo lavadas con agua para ser usadas de nuevo y que a los enfermos se les daban medicinas caducadas”.

También dice que fue testigo de cómo atragantaron a un enfermo con la comida y murió, y que al menos 12 muertes de enfermos se habrían podido evitar, en lo que él considera violaciones de los derechos humanos, además de un escándalo financiero.

Teresa de Calcuta, en India. Octubre de 1979 | Getty Images / Teresa de Calcuta, en India. Octubre de 1979 | Getty Images

De igual forma, el racionalista Debasis Bhattacharya, citado por el mismo diario español, afirma que, contrario a lo que había predicado a lo largo de su vida, cuando la misma Teresa de Calcuta estuvo enferma, recibió tratamientos y medicinas más avanzadas. “Cuando estuvo enferma acudió a servicios de salud modernos y costosos”, dice.

Por último, cabe recordar la extraña sensibilidad de la madre Teresa hacia las miles de personas que finalmente murieron en su centro, muchos de los cuales (cerca de 29.000) fueron convertidos al cristianismo al ser bautizados, según la religiosa, “para que San Pedro los deje entrar al cielo”, como lo afirmó en un video, en el que también dijo que “es muy bonito ver a la gente morir con tanta alegría”.