De acuerdo a la primera reconstrucción de los hechos, Paduano obligó a la joven a detener su vehículo en una vía del barrio de de Magliana para después rociarle con una sustancia carburante y prenderle fuego.

Sara Di Pietrantonio logró bajar de su coche antes de que se viera envuelto por las llamas, si bien fue finalmente alcanzada por su exnovio, que la bañó igualmente con dicha sustancia y la quemó viva a doscientos metros del vehículo.

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Al parecer la joven pidió auxilio a los coches que transitaban por la carretera, pero estos no detuvieron el paso.

“La chica, antes de ser alcanzada por su asesino, ha tratado de pedir ayuda a los automovilistas, pero ninguno paró. Si alguno se hubiera detenido, Sara aún estaría viva”, lamentó hoy la fiscal sustituta de Roma, Maria Monteleone, en una rueda de prensa.

Varias cámaras de seguridad han mostrado que al menos dos coches pasaron por la zona antes de que Sara fuera asesinada y sus conductores, interpelados por los agentes, han declarado que no comprendieron que la joven pedía socorro, informaron los medios.

Según el diario italiano La Repubblica, Paduano estaba obsesionado con la joven y la consideraba una “cosa” de su propiedad. “Hacía algún tiempo que lo habíamos dejado, pero yo no podía soportar que todo había terminado. Ella ya estaba con otro”, dijo el asesino.

De acuerdo con los investigadores, cuando la pareja todavía estaba junta se había presentado un episodio violento, que ella le comentó a sus amigos, pero que decidió no reportar a las autoridades para evitar problemas en su trabajo.

El jefe del Equipo Móvil de la Policía romana, Luigi Silipo, afirmó en un comunicado que “se necesita coraje por parte de los ciudadanos, por parte de quien pasa por un lugar y ve a alguien en apuros”.

“Si se ven cosas extrañas en deber llamar a las Fuerzas del Orden. Basta una llamada al 113 (número de emergencias), que es gratis”, subrayó Silipo.

con EFE

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