El cuadro verde había hecho el pedido, precisamente, para jugar en su casa y no tener que recurrir a otra ciudad en un duelo tan importante, como se había especulado.

La prueba de fuego será para el césped del Estadio Atanasio Girardot que tendrá que recuperarse en menos de 24 horas, después de sentir los saltos de las miles de personas que estarán en el concierto de la banda estadounidense.

El antecedente más cercano de una situación similar en Medellín fue el 7 de agosto pasado, cuando Nacional enfrentó en el Atanasio al Once Caldas un día después de un concierto de la Feria de las Flores que se realizó allí mismo.

En esa ocasión, el Índer, entidad estatal que maneja el estadio, instaló 12 mil estibas encima del pasto, para que eso fuera lo que pisaran los asisentes, se protegiera el pasto y se distribuyera el peso.

Asimismo, desde tres semanas antes del concierto se aplicaron diferentes tratamientos a la grama como aireación y fertilizantes a base de aminoácidos y fungicidas, registra el portal del Índer.

Aparéntemente las precauciones dieron resultado y no hubo mayores daños visibles, aparte de ciertos parches y quemaduras en el pasto. Asimismo, no hubo mayores quejas de los jugadores y la prensa.

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