Se planeó “meticulosamente” durante varios años e incluyó a por lo menos 15 ganadores de medallas en las justas de invierno cumplidas en Sochi, Rusia, en 2014, según se lee en The New York Times.

Grigory Rodchenkov, que dirigía el labotarorio ruso, reveló que por entonces elaboró un coctel de 3 esteroides anabólicos, los cuales mezclaba con licor (whisky para los hombres y Martini para las mujeres), para acelerar la absorción de las drogas y cerrar la posibilidad de detección. Luego lo ofrecía a los atletas “ayudando a facilitar uno de las más elaboradas y exitosas estrategias de dopaje en la historia del deporte”, menciona la publicación.

“Los atletas fueron instruidos para hacer buches con el líquido en la boca, debajo de la lengua, para absorber los medicamentos”, añadió el exfuncionario, quien negó haber extorsionado a deportista alguno para cometer el ilícito.

El científico confesó que, ayudados por los servicios de inteligencia rusos, los expertos antidopaje lograban reemplazar las muestras de orina contaminadas con sustancias prohibidas, por muestras recogidas meses atrás, que lograban ingresar al laboratorio donde se hacían las pruebas a los deportistas a través de un agujero.

Dijo Rodchenkov, durante una entrevista de 3 días para el documental de un cineasta estadounidense, que contabilizó al menos unas 100 muestras de orina contaminadas; por su parte, Rusia contestó a través de su actual ministro de Deporte que todo es “una continuación del ataque de información sobre el deporte ruso”.

The New York Times afirma que las declaraciones del  exdirector del laboratorio son coherentes con las conclusiones del informe por el que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) suspendió a esa institución y acusó al gobierno ruso de exhortar a sus atletas a doparse.

En entrevista con CBS News, la pareja sentimental conformada por la atleta Yuliya Stepanov y Vitaly Stepanov, un exempleado de la Agencia Rusa Antidopaje encargado de recoger muestras de orina y sangre, ratificaron que en su país ayudan a los deportistas a ganar medallas por medio de prácticas ilícitas.

El hombre reveló cómo en una ocasión le ofrecieron un soborno por no recoger la muestra de un atleta; dijo que lo denunció ante sus jefes y que estos le dijeron “lo que pasa en Rusia, se queda en Rusia”.

Por su parte, Rodchenkov afirmó que si bien tenía gran capacidad para proteger a sus atletas dopados de la detección, había algunos que tomaban medicamentos que él no había aprobado y que los hacía vulnerables a ser descubiertos. “Todos los atletas son como niños pequeños, se llevan lo que les dan a la boca”, dijo.

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