Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Santiago Avila   Dic 28, 2023 - 9:52 pm
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La producción de vino en Colombia ha ocurrido contra todo pronóstico: la uva para hacer vino requiere, históricamente, cultivarse en un país que tenga las cuatro estaciones —y este es un país tropical—, han subido el impuesto de la bebida para proteger otros productos locales y, además, el vino es un gusto adquirido que apenas está introduciéndose en Colombia.

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En el país los productores vinícolas no llevan mucho más de cincuenta años, como cuenta el periodista Juan Quintero, creador de los vinos de Quintero. Esta es entonces una historia corta del vino, si la comparamos con los viñedos de otros países como de Argentina o Chile. De hecho, Quintero cuenta que en este último país conoció un viñedo que tiene cosechas transcurridas desde 1865. Esto habla de una tradición más madura, diferente a la de Colombia.

Sin embargo, a pesar de la corta historia, este país ha sabido “nadar contracorriente” en la producción de los vinos, en palabras del periodista Quintero, pues los productores se han introducido en el mercado, consechan sus propias uvas y logran vinos que ya compiten en la industria.

A este testimonio, se sumó la visión de Nicolás Reines, docente de tragos y sommelier y dueño de catas de garaje.

“La dificultad principal que tienen los productores de vino en Colombia es la falta de las cuatro estaciones. Por ejemplo, la planta necesita de largos períodos de invierno para descansar y el verano es necesario para lograr una alta concentración de la uva y eso es difícil aquí. Una planta en Argentina, Australia o incluso Estados Unidos, puede durar hasta 130 años, pero en Colombia, como tenemos cosecha cada ocho meses y medio, la planta no descansa y esto hace que en diez años esté muy cansada. Que no haya espacio de maduración, donde no se logre concentrar la uva, significa que no obtendremos vinos de alta concentración”.

Pese a todo esto, en Colombia hay suelos aptos para el cultivo de la uva y hay gente trabajando arduamente para descubrir la identidad del vino colombiano, que puede ser muy diferente a la de otros países productores de vino.

El departamento con más historia vinícola en la región es el Valle del Cauca, sin embargo, en Antioquia hay también una interesante representación, por ejemplo, en el municipio de Olaya, donde han obtenido premios internacionales por su producción.

“Los antioqueños tienen un clima caluroso, por eso en Olaya han optado por variedades italianas de Sicilia, que es también una región cálida. Hacen un vino interesante, sobre todo vino blanco”, explica José Rafael Arango, crítico de vinos en EL COLOMBIANO con su crítica El jardín de Epicuro.

Y es que cada región le da un toque diferente a la uva y, por lo tanto, al vino. Un ejemplo claro de esto fue el vino Malbec. En Francia era un tipo de vino no tan reconocido, pero cuando los argentinos lo llevaron a su región, se convirtieron en los principales exponentes del vino Malbec. De hecho, también cambia por región: el más famoso es el vino argentino Malbec de la ciudad de Mendoza, contó Quintero.

Mientras en Colombia los productores y catadores intentan descubrir la identidad del vino colombiano —porque sigue siendo muy diversa—, en el país también exploran otras bebidas a las que han catalogado “vino”, pero por normativa de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), no pueden denominarse así, ya que el vino se hace exclusivamente con uva.

Se trata de ciertas variaciones de la bebida; en vez de uva las hacen con frutas como naranja, mortiño, manzana y otras exploraciones culinarias que también valdrían la pena destacar, dice Arango.

“Vale la pena destacar los fermentados de otras frutas que se hacen en el país con naranjas, frutas tropicales, moras, donde hacen fermentados interesantes. Otra cuestión es que en el Valle del Cauca tienen una tradición bastante antigua donde han usado una variedad de uva híbrida llamada Isabella que además no solo les ha servido para hacer vino semidulce, sino también para la destilación. Hacen brandis importantes con esta variedad”, explica el crítico.

Aumento en el consumo

Colombia tiene un consumo de 0,9 litros de vino en la actualidad y, según el periodista Juan Quintero, anualmente se consume una botella y media de vino por persona.

Para la primera edición de Expovinos en 2006, el consumo de vino per cápita en el país llegaba a 0,3 litros y en 2018 se llegó a la cifra de 0,75 litros al año. En 2023 se alcanzaron los 0,9 litros al año con un crecimiento del 300 % desde la primera Expovinos.

Esto ha hecho a Colombia un país emergente en el mercado del vino con un registro de 330 millones de dólares al año y 43 millones de botellas vendidas en 2022, según datos de Nielsen.

Aunque es un mercado que interesa a nivel internacional, países como Argentina o Chile consumen 18 litros de vino anuales por persona y la diferencia aumenta en otros países europeos como en Portugal, donde consumen alrededor de 60 litros de vino al año. Este último se posicionó como el país con el mayor consumo per cápita a nivel mundial en 2022, según Statista.

Aunque estas cifras reflejan los retos que tiene Colombia con sus consumidores, el país está en su mejor momento de la historia en cuanto a consumo, dice Nicolás Reines.

Lo más interesante del boom vinero —que llega con el boom gastronómico al país— es la gente colombiana entusiasta, que está enamorándose cada vez más del vino.

“Lo que más ha hecho crecer su consumo en el país son los entusiastas, los que dicen ‘vamos a tomarnos un vino el 31 de diciembre’ o en nuestro aniversario. El vino ha conquistado copas en las mesas de nuestros hogares y restaurantes. La gente ahora compra vino para llevar a la casa, el mercado ha favorecido la compra con promociones. Uno de los vinos más baratos lo ofrece el Grupo Éxito, el vino Cruzares, que vale $14.950. Esto es una muestra de que hay vinos para todos los gustos y todos los precios. Si se hace con seriedad se puede obtener un vino amable, fácil y sin invertir fortunas”, cuenta el crítico José Rafael Arango.

Además, es un panorama positivo, a pesar de los altos impuestos que le pusieron a los vinos con la ley 1816 aprobada en 2016. Los vinos pasaron de valer, por ejemplo, $ 45.000 a $ 65.000, pues empezaron a cobrar impuesto por sus grados de alcohol más el IVA que debe pagar el consumidor.

“Al vino le cargaron impuestos salidos de toda lógica pero el consumidor de vino no se rindió. Siguió llegando a los paladares de los colombianos que lo disfrutan”. Por último, dejamos seis viñedos recomendados de Colombia para que visite y conozca el proceso del vino colombiano. Un vino que, en el panorama internacional, es muy joven.

Ruta vinícola de Colombia

1. Olaya – Antioquia

Viña Sicilia es un viñedo que los médicos Carlos Bravo y Dagnóvar Aristizábal montaron para obtener vinos de calidad internacional, gracias al clima de la zona, al suelo en el que se encuentra el cultivo y al cuidadoso proceso de producción. Se fundó el 13 de mayo de 2007, en esa fecha se sembraron las primeras vides de origen europeo, luego de un largo y extenuante trabajo de investigación previo. Este sitio ofrece además el servicio de hotel temático con diferentes tipos de acomodaciones e incluye una interesante experiencia alrededor del vino y su historia. El tour, con un toque mediterraneo, trae: cóctel de bienvenida, recorrido guiado por el viñedo, almuerzo al mejor estilo mediterráneo, copa de vino de la casa, acceso a zonas húmedas (piscina y jacuzzi) y seguro hotelero. El precio por persona es de $245.600 y requiere reserva previa.

2. Santa Elena – Antioquia

La empresa Enamora, ubicada en el corregimiento de Santa Elena de Medellín, inició operaciones en 2014. Allí la familia Bernal Montoya elabora un vino con mora cultivada por los campesinos en las fincas de la zona. Es cien por ciento natural y ha conquistado a los colombianos y extranjeros. La producción de este vino artesanal, joven y de mora dulce puede alcanzar las 3.600 botellas al mes y cerca de 12.000 al año. Es el único vino de fruta en Antioquia con registro sanitario Invima y estampillas de rentas. En Santa Elena se calcula que unas 130 familias cultivan mora y producen cerca de seis toneladas semanales. En otros tiempos, cuando no imperaban las flores, se producían hasta 20 toneladas. En Instagram y Facebook aparecen como @vinosenamora y se pueden hacer pedidos a través del 3006100330. Una mezcla de aromas, especias y color.

3. Payandé – Tolima

En un clima influenciado por el río Magdalena está Payandé, a 20 minutos de Ibagué, donde se produce el vino Remus, que tiene 17 referencias. Detrás del proyecto está John Edward Franco, quien estudió enología en España y trabajó en viñedos en Estados Unidos, Italia y Francia. En la actualidad, la viña de Payandé, en la finca Altamira, sector La Mariposa, es un centro de investigación con 150 variedades de uvas, entre las que se encuentra la Marselan que es un cruce de Cabernet Sauvignon y Garnacha, y también la Petit Verdot. En este lugar además se elabora la cerveza artesanal Volcán, que se produce con maltas alemanas y lúpulos cultivados en el país e importados. Este producto primero llegó a varios restaurantes de Bogotá y después se comenzó a distribuir en Ibagué y Medellín. Para visitar este viñedo es con cita previa: WhatsApp 3132977108.

4. Villa de Leyva – Boyacá

Cepas de Cabernet Sauvignon y Sauvignon Blanc importadas de Francia, y Chardonnay traídas de Napa Valley (Estados Unidos) están plantadas en Ain Karim, el viñedo de 20 hectáreas donde se produce el vino Marqués de Villa de Leyva. En 1992 se realizó la plantación del primer lote de Cabernet Sauvigno y en el 2000 salió la primera botella al mercado, superando las adversidades por las condiciones climáticas. En 2008 obtuvo el primer reconocimiento internacional:medalla de oro por parte del Mediterranean International Wine and Spirit de Israel. En este lugar también se ofrece recorridos por las plantaciones, visita a la cava subterránea y cata de vino para grupos acompañada de una amplia variedad de quesos, jamones y encurtidos. Cada año producen cerca de 50.000 botellas. En Nobsa, Boyacá, además está el Marqués de Puntalarga, un viñedo donde se cultiva la cepa Pinot Noir y dos variedades de Riesiling. Ofrece recorridos guiados por expertos por las plantaciones.

5. La Unión – Valle del Cauca

La empresa de vinos colombiana Casa Grajales tiene una trayectoria de más de 40 años y un importante inventario de productos que distribuye a nivel nacional e internacional. Tiene la capacidad para producir seis millones de litros al año. Uno de sus atractivos es el Parque Nacional de la Uva (funciona de martes a domingo, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.), el primer parque temático del Valle del Cauca donde los visitantes tienen la oportunidad de recorrer el viñedo para ver las condiciones de la plantación y cultivo en el clima tropical, las bodegas de vinificación, el proceso de guarda y embotellamiento y la cultura del vino en el país. Además, está el Museo de la Uva (abierto de lunes a domingo, 9:00 a.m. a 5:00 p.m.) donde se ofrece la opción de vivir la experiencia de una cata de vinos. Este viñedo tiene planes desde 30.000 pesos hasta 70.000 pesos.

6. Los Santos – Santander

En el ecohotel Viña Aldana, en la vereda El Tabacal, a un kilómetro del teleférico de la Mesa de los Santos, se encuentra esta opción para conocer cómo se produce el vino en Santander. Es una zona rural que se caracteriza por tierras fértiles y paisajes. El terreno cuenta con dos hectáreas de viñedos donde se puede conocer la icónica uva Isabella de tipo americana, una de las especies más importantes del planeta para la fabricación de vinos. En Villa Aldana se puede aprender sobre el proceso de elaboración del vino, así como degustar el vino añejo que ha estado almacenado en las bodegas de este lugar desde hace años. Si está en Santander, también se puede pasar por el Viñedo Sierra Morena en Zapatoca para conocer sobre el vino Perú de La Croix que se produce con las uvas del viñedo. Ofrece la posibilidad de hospedarse en el Hostal Casa Loma.

Para saber más: Seis claves para disfrutar de un vino en su día

¿Dónde puede ir a tomar viche en Medellín?

Esta bebida tradicional del Pacífico Colombiano, que es una destilación del jugo fermentado de la caña de azúcar, se ha popularizado en la ciudad. Se ofrece en diferentes lugares. En bares como 7 Pulgadas, por ejemplo, un espacio mínimo, con gran barra de cocteles y DJ en vivo mezclando desde punk ruso hasta reguetón soft; el restaurante Carmen, uno de los 50 más importantes de Latinoamérica; y en los restaurantes Don Diablo y Sambombi Bistró Local. Por su proceso de elaboración, los grados de alcohol que contiene oscilan. Empieza en los 30 grados y puede subir hasta los 50, no hay un estándar.

El viche no solo es una bebida alcohólica, las comunidades que la elaboran le atribuyen propiedades medicinales. En 2021 nació la Ley del Viche/Biche que tiene como fin “fortalecer la protección de esta bebida patrimonial y ancestral”, y le da a los productores cinco años de gracia para sacar el registro Invima y pagar impuestos.

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