Este centro de salud hizo órdenes de compra de a VC Medical, pese a que este proveedor no registró ningún tipo de documentación ante la clínica, no contaba con habilitación por parte de la Secretaría Departamental del Cesar.

Además, la compra se finalizó peses a que no mantenía una relación comercial estable con ese proveedor, y “sin existir un contrato o carta de intención que definiera el modelo de compra y venta de medicamentos y dispositivos médicos”, reveló la Superintendencia de Salud.

La Supersalud señaló otros graves hallazgos:

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– Las órdenes de compra fueron expedidas por una practicante del SENA o por el regente de farmacia, y no contaron con aprobación o autorización de la química farmacéutica o de otro nivel jerárquico. En otros casos existen órdenes de compra sin información de algún colaborador.

– La generación de órdenes de compra estaba en cabeza del Regente de Farmacia, quien también realizaba la recepción técnica de medicamentos sin aprobación de las mismas por parte de un nivel superior.

– La recepción de medicamentos no se llevó a cabo bajo el concepto técnico que debía contener, puesto que no se revisaron fechas de vencimiento, registro sanitario, lotes, etc.

– Hay compras de Survanta con fechas de vencimiento muy cercanas al momento de la fecha de ingreso a la institución.

– El medicamento no era el original, de acuerdo con lo indicado por el representante de Laboratorios ABBCIE (perito), luego del proceso de cotejo al que fue sometido el producto encontrado en el centro hospitalario y que fue contrastado con el medicamento de la casa matriz.

La clínica interpuso en dos ocasiones un recurso de reposición, pero la sanción por 1.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes fue ratificada por el Superintendente Nacional de Salud, Fabio Aristizábal, y ya no se podrá presentar ningún otro recurso.