Un grupo de investigadores encontró en el cráneo de un pez fosilizado el cerebro más antiguo de un vertebrado. Así lo comprobaron un grupo de investigadores, luego de analizar las imágenes computarizadas de este ejemplar, que tenía más de 319 millones de años y que fue extraído hace más de un siglo de una mina de carbón, en Inglaterra.

En los resultados, publicados en la revista Nature, los investigadores de la Universidad de Michigan, aseguraron que el cerebro de este pez y sus nervios craneales tienen cerca de una pulgada de largo y pertenecen a la especie “coccocephalus wildi”, un animal primitivo con aletas radiadas que probablemente se alimentaba de pequeños crustáceos y otros insectos acuáticos.

De acuerdo con los investigadores, el hallazgo de las condiciones de este cerebro podría dar algunas pistas sobre la anatomía neural y la evolución temprana de un importante grupo de peces que todavía viven, como por ejemplo, los de aletas de raya.

Sam Giles, profesor de la Universidad de Birmingham y autor principal, dice que estos resultados “hablan de un patrón de evolución cerebral más complicado de lo que sugieren las especies vivas por sí solas, lo que nos permite definir mejor cómo y cuándo evolucionaron los peces óseos actuales”.

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En este tipo de peces primitivos, como los “coccocephalus wildi”, los tejidos blandos, como el cerebro, se descomponen muy rápido y muy pocas veces se fosilizan. Sin embargo, el caso de este ejemplar fue sorprendente para los investigadores: cuando murió, sus tejidos blandos cerebrales y sus nervios craneales fueron sustituidos por un mineral, mucho más grueso, que conservó.

“Las comparaciones con peces vivos mostraron que el cerebro del coccocephalus es muy similar a los de esturiones y peces espátula, que a menudo se denominan peces ‘primitivos’ porque divergieron de todos los demás peces con aletas de raya vivos hace más de 300 millones de años”, dijo el investigador.

De acuerdo con Rodrigo Figueroa, profesor de la Universidad de Michigan y otro de los autores, el cerebro de este pez “no solo nos muestra el ejemplo más antiguo de un cerebro vertebrado fosilizado, sino que demuestra que mucho de lo que pensábamos sobre la evolución del cerebro a partir únicamente de las especies vivas tendrá que ser reelaborado”.