Aunque la tormenta ha rebajado su categoría hasta la depresión tropical, Florence continúa dejando copiosas lluvias tanto en Carolina del Norte como en Carolina del Sur.

El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, señaló en rueda de prensa que la parte oriental del estado registra “significativos daños”, y cerca de 700.000 personas se encuentran sin electricidad.

El presidente Donald Trump ha sostenido varias conversaciones con autoridades locales y encargados de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) en las que expresó “respaldo total” del gobierno federal en las labores de rescate.

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Florence se encuentra a unas 40 millas (65 kilómetros) al oeste de Columbia, capital de Carolina del Sur, y se dirige hacia el noroeste con vientos máximos sostenidos de 35 millas por hora (55 km/h).

A pesar de este progresivo debilitamiento debido a su alejamiento de la costa, los expertos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos alertan que Florence seguirá dejando “riadas y grandes desbordamientos de ríos” en una amplia porción de las Carolinas.