Domínguez explicó cómo surgió la idea de aumentar el tamaño de su busto, cuando apenas era una adolescente que ya estaba teniendo un reconocimiento importante en el país.

“Me llaman para hacer una campaña de ropa interior. El único requisito es que me tenía que operar el busto. Mi papá dijo un no rotundo porque estaba muy chiquita y porque me faltaba desarrollarme, pero yo era muy terca. Hablé con mi mama y le dije que yo lo quería hacer y que me parecía muy chévere hacer esa campaña”, relató la modelo bogotana de 35 años.

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Sin embargo, el proceso quirúrgico salió mal en varias oportunidades. A Domínguez la operaron mal y por eso vivió un auténtico viacrucis por varios años. Al respecto, la actriz detalló lo siguiente:

“Mis papás averiguaron el mejor médico de Medellín, que operaba a todas las reinas, supuestamente el mejor. El médico me opera y pone las prótesis por encima del músculo. Los senos al año se cayeron. Me hacen una cirugía para levantar el busto pero el médico me hace la misma cirugía con una prótesis más grande y la vuelve a poner por encima del músculo. Tenía yo unos senos muy grandes y además estaba mal operada. En una cuarta cirugía un médico arregla esta situación. En este momento tengo un tamaño normal”.

El notorio cambio de sus senos hizo que Domínguez perdiera algunas oportunidades laborales y que la encasillaran para hacer papeles distintos a los que solía interpretar en su juventud.

“Quedé feliz, pero si pasé por un proceso físico doloroso. Fue traumático”, concluyó Ana Lucía sobre esa decisión de operarse los senos tan joven.