Bogotá celebra la vida centenaria: serenatas, homenajes y una nueva mirada a la vejez en la ciudad
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Visitar sitioEn Bogotá, la vejez cobra protagonismo: descubre cómo las personas mayores enriquecen la capital.
El Mes del Envejecimiento y la Vejez en Bogotá es una conmemoración que nació a partir del Acuerdo 564 de 2014 del Concejo de Bogotá, y que busca reconocer, visibilizar y valorar a las personas mayores como sujetos fundamentales en el tejido social de la capital. Esta iniciativa, impulsada cada agosto, cobra especial relevancia en una coyuntura demográfica en la que el número de personas mayores crece de manera acelerada, planteando desafíos inéditos en términos sociales, culturales y de políticas públicas. Entre los eventos más significativos de esta conmemoración destacan las serenatas ofrecidas en Ciudad Bolívar a quienes cumplen 100 años o más, una tradición coordinada por la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) que incluye música en vivo, tortas y obsequios, y que resalta la dignidad y la memoria de quienes han atravesado un siglo de vida.
Estos actos no solo representan una celebración simbólica de la longevidad, sino que buscan poner en primer plano el valor de los adultos mayores en la sociedad bogotana. Mercedes Jiménez, una de las homenajeadas con 101 años, comparte que la clave para una vida larga y plena reside en la felicidad y la tranquilidad, una visión que se refuerza en testimonios como el de Lizandro Guzmán, quien atribuye la salud de su madre de 105 años al amor y respeto familiar. Estas experiencias no son solo anécdotas inspiradoras; reflejan valores profundamente arraigados que fortalecen la atención integral a la vejez, en línea con las recomendaciones recogidas por el Observatorio de Envejecimiento y Vejez del Distrito.
En paralelo a la celebración, Bogotá avanza en la reformulación de la Política Pública Social para el Envejecimiento y la Vejez (PPSEV), un instrumento clave orientado a responder a las nuevas demandas y realidades demográficas. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la población mayor de 60 años en Colombia crece de manera sostenida y se proyecta que esta tendencia continúe en las próximas décadas, lo que exige repensar el diseño urbano, la salud pública y la participación social desde una mirada inclusiva. Esta política en construcción busca garantizar derechos, oportunidades y la plena integración de las personas mayores en la vida urbana, tomando como referencia experiencias internacionales y voces expertas en gerontología y políticas sociales.
El Observatorio de Envejecimiento y Vejez subraya que los adultos mayores no solo transmiten experiencia y sabiduría, sino que participan activamente en la economía del cuidado, en la vida comunitaria y en la construcción de lazos intergeneracionales. No obstante, persisten retos como el acceso desigual a servicios de salud, la discriminación por edad (edadismo) y los riesgos de maltrato o abandono. Por ello, campañas como “Cuidemos a las personas mayores porque todos vamos pa’ allá” persiguen sensibilizar a la ciudadanía y fomentar una cultura del respeto y la protección continua.
Este enfoque transformador se refuerza al observar casos de otras ciudades latinoamericanas, como Ciudad de México y Buenos Aires, que han implementado políticas integrales para el envejecimiento, incorporando subsidios, programas culturales y una mayor participación de adultos mayores en la toma de decisiones públicas. Tal como apunta Marta Fernández, especialista del Centro Latinoamericano de Envejecimiento, Bogotá enfrenta el reto de consolidar marcos jurídicos, servicios adaptados y entornos urbanos inclusivos que garanticen el bienestar de esta creciente población.
Finalmente, la dimensión cultural de la celebración adquiere un peso especial. Según estudios de la Universidad Nacional de Colombia, la manera en que la sociedad representa la vejez define no solo el bienestar subjetivo de las personas mayores, sino también su integración en la vida comunitaria. Por eso, rituales como las serenatas y los homenajes públicos cumplen una función estratégica: resignifican el lugar de la vejez en la cultura, fomentando el respeto y la valoración social en un país que envejece rápidamente. De este modo, Bogotá no solo reafirma el compromiso estatal con sus adultos mayores, sino que construye una ciudad más solidaria y preparada para todos.
Preguntas frecuentes relacionadas
¿Qué es el edadismo y cómo afecta a las personas mayores?
La discriminación por edad, llamada edadismo, se refiere a actitudes, acciones o políticas que menosprecian o excluyen a las personas basándose únicamente en su edad. Según el Observatorio de Envejecimiento y Vejez de Bogotá, este prejuicio puede manifestarse en obstáculos para acceder a empleo, servicios de salud o participación comunitaria, así como en representaciones negativas que asocian la vejez únicamente con dependencia o enfermedad. Estas percepciones pueden afectar el bienestar emocional y limitar la autonomía de las personas mayores.
Abordar el edadismo es una prioridad identificada en la Política Pública Social para el Envejecimiento y la Vejez, pues combatirlo permite fortalecer la integración social y el respeto intergeneracional. Las campañas de sensibilización, la educación y la promoción de entornos inclusivos son herramientas clave para superar estas barreras culturales y construir una ciudad más justa para todas las edades.
¿Por qué es importante la participación de las personas mayores en la vida comunitaria?
La integración activa de los adultos mayores en actividades comunitarias es esencial para fortalecer el sentido de pertenencia, la autoestima y el bienestar colectivo. Datos del Observatorio de Envejecimiento y Vejez evidencian que el involucramiento en juntas de acción comunal, voluntariados o redes barriales contribuye a mantener la autonomía y el intercambio de saberes entre generaciones.
En un contexto de envejecimiento demográfico creciente, garantizar espacios de participación para las personas mayores no solo mejora su calidad de vida, sino que además promueve sociedades más cohesionadas, solidarias y diversas. Así, la vejez se resignifica como una etapa de contribución, liderazgo y aprendizaje continuo dentro del desarrollo urbano y social de Bogotá.
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