Economía
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La aerolínea australiana anunció tres vuelos experimentales con ese itinerario para analizar las consecuencias de trayectos largos en la salud de los pasajeros.
Para esas pruebas, que forman parte de su proyecto Sunrise, que persigue operar vuelos comerciales directos a esos dos destinos desde la costa este australiana (Sídney, Melbourne y Brisbane), utilizará aviones nuevos Boeing 787-9s.
En los aparatos viajarán un máximo de 40 personas, incluidos tripulación, personal de Qantas y un equipo científico que analizará el impacto de los patrones de sueño, el consumo de bebida y comida, la luz o el movimiento físico en la salud y el bienestar de los pasajeros.
Los investigadores también analizarán a los pilotos, que llevarán un dispositivo de electroencefalograma para medir su estado de alerta y determinar las pautas de trabajo y descanso más adecuadas, indicó la compañía.
“Los vuelos de ultradistancia presentan muchas cuestiones de sentido común sobre el confort y bienestar de los pasajeros y la tripulación”, dijo el director general de Qantas, Alan Joyce, en un comunicado, este jueves.
“Estos vuelos nos proporcionarán valiosos datos para ayudarnos a responderlas”, añadió Joyce, que los calificó como “la última frontera” en aviación.
Las pruebas supondrán el primer vuelo sin escalas realizado por un avión comercial entre Sídney y Nueva York, y el segundo entre la ciudad australiana y Londres.
Qantas ofrece desde 2018 un vuelo directo de 17 horas entre Perth, en la costa oeste australiana, y Londres, que la aerolínea ya ha utilizado para obtener información sobre el impacto de trayectos de largo recorrido en pasajeros y tripulación.
El vuelo más largo sin escalas lo ofrece actualmente Singapore Airlines, que también desde el año pasado enlaza el aeropuerto de la ciudad-estado con el de Newark, en Nueva Jersey (Estados Unidos) en 18 horas y media.
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