Exparticipante de 'Masterchef' destapó detalle del 'reality' que nadie ve: "Nos llevan a una sala"
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Aída Morales, exparticipante del 'reality', se refirió a uno de los momentos más incómodos para ella durante su participación justo antes de salir a grabar.
La nueva temporada de ‘Masterchef Celebrity‘ ha capturado nuevamente la atención de los televidentes en Colombia. Esta edición, especialmente significativa por conmemorar los 10 años de emisión del ‘reality’, reúne a 22 celebridades del mundo del entretenimiento nacional que buscan destacarse fuera de los escenarios tradicionales, enfrentándose al exigente reto de la cocina.
(Vea también: Quién es Valeria Aguilar, de ‘Masterchef’, la actriz antioqueña que quiere improvisar en la cocina)
Como es habitual, los participantes deben impresionar con sus habilidades culinarias a los jurados Nicolás de Zubiría y Jorge Rausch, quienes han estado presentes desde la primera temporada. Esta vez, la dupla se completa con la reconocida chef mexicana Belén Alonso, quien aporta su experiencia y frescura al formato.
En medio del entusiasmo que ha causado este nuevo ciclo, también han resurgido testimonios y anécdotas de exparticipantes, quienes relatan lo que se vive detrás de cámaras, lejos del glamour que proyecta el programa. Tal es el caso de la actriz Aída Morales, quien hizo parte de la edición del año 2022 y recientemente compartió detalles poco conocidos sobre su experiencia en el ‘reality’.
Aida Morales contó detalles que no le gustó de ‘Masterchef’
En una entrevista concedida a la emisora Tropicana, Aída Morales se refirió a uno de los momentos más incómodos para ella durante su participación. Según explicó, la situación ocurre justo antes de que los concursantes entren a la cocina, cuando ya están completamente listos para grabar.
“La gente no sabe qué pasa atrás, antes de uno entrar a la cocina. Nos llevan a una sala de espera donde la espera es larga. Ya estamos maquillados, alambrados, y mientras organizan el reto, uno tiene que quedarse quieto”, expresó la actriz.
Morales confesó que esta espera prolongada le resultaba agobiante, especialmente porque debía mantenerse en silencio y sin moverse demasiado, lo cual contrastaba con su necesidad de concentración y tranquilidad.
“A mí el silencio me encanta. El ruido realmente me afecta y esto de uno no callarse un momento… eso era que hagamos una foto y venga, hagamos una historia, hagamos una cosa. Y uno estresado pensando que con qué se va a ir a encontrar afuera”, añadió, dejando ver cómo este ambiente previo le generaba más tensión que el propio reto culinario.
La actriz también explicó que, mientras esperaban, los participantes solían planear juntos una coreografía, una canción o alguna forma creativa de ingresar al set, lo que sumaba presión a un momento ya de por sí estresante. “Poner de acuerdo a 22 micos… Dios mío bendito”, comentó entre risas, haciendo referencia al esfuerzo que implicaba lograr una sincronía entre tantos egos y personalidades distintas.
Este tipo de confesiones revelan el lado menos visible de un formato televisivo que, aunque se presenta como divertido y lleno de camaradería, también pone a prueba la paciencia, el temple y la tolerancia de quienes aceptan el reto. La competencia no solo se vive frente a las cámaras o en las estaciones de cocina; también se libra en la mente de cada concursante, que debe mantenerse concentrado, creativo y emocionalmente fuerte para sobresalir.
Así, mientras los televidentes disfrutan desde sus hogares cada episodio, los concursantes viven una experiencia única que va mucho más allá de las recetas: una mezcla de estrés, creatividad, disciplina y resistencia emocional que solo quienes han pasado por esa cocina pueden entender.
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