El otro lado del volante: historias de esfuerzo y resistencia de los conductores del SITP en Bogotá
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Visitar sitioEntre largas jornadas y desafíos invisibles, los conductores del SITP cargan con el pulso de Bogotá.
La vida diaria de los conductores del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) en Bogotá está marcada por exigencias físicas y mentales constantes. Estos trabajadores enfrentan extensas jornadas laborales, así como episodios de miedo, ansiedad, estrés y agotamiento que devienen de la presión continua. La cabina del bus, para muchos, es tanto un lugar de resguardo como de encierro, pues las condiciones bajo las que cumplen sus funciones pueden variar de forma significativa dependiendo del operador para el cual trabajan. La capital colombiana cuenta con 18 concesionarios y una fuerza laboral de 24.303 conductores, según El Espectador, lo que genera una disparidad en los recorridos, los tratos y las condiciones de trabajo. Aunque los conductores cuentan con representación sindical sólida, la multiplicidad de empleadores complejiza la defensa colectiva de sus derechos.
Incidentes como el maltrato verbal por parte de presuntos supervisores, las agresiones provenientes de otros actores viales, o incluso reacciones erradas por parte de la autoridad —como el episodio en que un conductor sufrió una crisis hipoglucémica y fue acusado en falso de estar bajo efectos del alcohol— no son hechos aislados. Estos sucesos, documentados y compartidos en redes sociales, funcionan como la superficie visible de problemas estructurales más profundos que afectan la vida y la dignidad de quienes cumplen con la encomienda de movilizar a la ciudad.
Particularmente, en el concesionario "Este es mi bus", encargado de las rutas que atraviesan la calle 80, Tintal y Suba, estas tensiones toman rostro y voz propia. Los conductores que laboran en esta empresa se esfuerzan día a día por mantener la serenidad, a pesar del ritmo frenético que impone Bogotá. Las historias personales se entretejen en una realidad marcada por el esfuerzo y la incertidumbre.
Un ejemplo ilustrativo se observa en la rutina de Zulima Poveda, quien a las tres de la mañana, mientras el barrio Engativá reposa, inicia su jornada en el patio Las Mercedes, ubicado en la calle 90. Vestida con la chaqueta negra distintiva de su oficio, Zulima se despide de su familia vía celular antes de iniciar su turno. A pesar de llevar solo dos años al volante, su historia refleja el giro inesperado que muchas vidas han dado a raíz de la pandemia. Antes de sumarse al SITP, Zulima ejercía como estilista, pero al perder su empleo, halló en una convocatoria del sistema de transporte una oportunidad. “No sabía conducir un bus, pero pensé: si me enseñan, aprendo”, relata mientras ajusta los controles y se dispone a encender la jornada.
Estos testimonios, recogidos por El Espectador, exhiben cómo factores externos pueden influir drásticamente en las trayectorias profesionales y vitales de quienes integran el SITP. Mientras tanto, la ciudad sigue rodando sobre la resiliencia de sus conductores, quienes sortean obstáculos invisibles para los millones de pasajeros que confían en ellos día tras día. ¿Cómo podrían unificarse aún más las condiciones laborales de los conductores del SITP pese a la fragmentación entre diferentes concesionarios? Esta pregunta convoca el debate sobre la urgencia de estrategias más inclusivas y equitativas que dignifiquen el trabajo en el corazón del transporte de Bogotá.
¿Por qué existen tantos operadores diferentes en el SITP de Bogotá?
La existencia de múltiples operadores dentro del SITP responde al modelo de concesión establecido para el sistema de transporte de Bogotá. En este modelo, diversas empresas participan en la operación de rutas y la administración de servicios, lo cual fragmenta la fuerza laboral y genera disparidades en condiciones contractuales.
Esta estructura, aunque facilita la gestión territorial y la cobertura de una ciudad extensa, también plantea retos importantes. Entre ellos, la dificultad para la representación sindical unificada y la compleja coordinación de derechos y beneficios para los conductores, factores que impactan directamente el bienestar de quienes a diario movilizan a Bogotá.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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