Todo empezó cuando la niña decidió dar vueltas en cuclillas a alta velocidad sobre la tabla pero al ver que ya no tenía el control pide auxilio a la otra niña en la habitación, a quien la risa no la deja ayudarla.

Pero cuando por fin decide ir en su ayuda, empeora las cosas y el ‘hoverboard’ empieza a dar círculos sin control hasta que estrella con una pared cercana.

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