Esa fue la forma en la que los investigadores accedieron al iPhone del terrorista para hacer un estudio sobre su perfil y sus motivaciones. Sin embargo, para desgracia de los agentes, debido a la demora en el proceso, el equipo ya se encontraba bloqueado de una manera en la que requería ingresar los dígitos de la contraseña. No obstante, esto le abrió la puerta a una nueva práctica a la hora de acceder a este tipo de equipos por parte de los investigadores, como señala Forbes.

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Como añade el mismo medio, a través de fuentes de la policía que han preferido mantenerse en el anonimato, esta ‘técnica’ es comúnmente utilizada desde ese momento para desbloquear los celulares de los involucrados en sucesos que atenten contra la seguridad.

No obstante, ello desató un debate ético sobre esta forma de investigar ya que les da mucho poder a los agentes y puede afectar el resultado del proceso si acuden inmediatamente a esta opción.

Una persona fallecida ya no tiene derecho a la privacidad, por lo que ya no puede reclamar en una corte y, por lo tanto, el proceso es totalmente legal.

Ni los familiares ni conocidos del difunto pueden evitarlo, pues pierden el control sobre cómo esa información es usada y protegida. La misma policía lo sabe y por tal razón no necesitan de una orden para revisar en el celular de una víctima.

Este método también les garantiza un ahorro de costos, ya que hacerlo a través de una compañía puede valer entre 3.000 y 30.000 dólares.