En una prueba más de las dificultades que tienen las autoridades en Arauca, los cadáveres de las cuatro víctimas mortales de la masacre ocurrida en la noche de este Domingo Santo en la vereda Las Nubes, de Tame, incluidos dos niños, solo fueron levantados después de más de 20 horas, no por la Fiscalía General de la Nación, como corresponde, sino por funerarias particulares con ayuda de la comunidad.

Después del ataque, atribuido a las disidencias de las Farc, sí fueron evacuadas las cinco personas que resultaron heridas, mientras que los fallecidos, identificados como Elison Portela (de 51 años), Ángel Julián Estrada (48), Delvis Arbey (9) y Briangis Yelina Prada (4), quedaron en el lugar para las diligencias forenses de policía judicial.

Sin embargo, el personero de Tame, Juan Villate, y otras fuentes confirmaron en Caracol Radio que el CTI de la Fiscalía nunca fue al lugar de la masacre a hacer el levantamiento de los cadáveres. Esto no es nada extraordinario. En Arauca ya es común que el levantamiento de los cuerpos en este tipo de hechos violentos lo hagan funerarias particulares con la ayuda de la comunidad.

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Lo grave es que estas prácticas, por ser efectuadas sin tener en cuenta categorías judiciales y forenses como la cadena de custodia, para mencionar solo una, dificultan las investigaciones tendientes a establecer quiénes son los responsables. En últimas, esta irregularidad favorece la impunidad y propicia, por el contrario, el empoderamiento de los delincuentes.

A esta situación se sumó la ola invernal por la que atraviesa el país. La Octava División del Ejército dijo que había dispuesto de helicópteros para llevar a los funcionarios del CTI hasta el lugar de la masacre, en la vía que comunica a Tame con Puerto Rondón, pero “desafortunadamente” las condiciones del clima no permitieron ingresar las aeronaves.