María Andrea Cabrera murió el pasado 4 de febrero, luego de departir con Flórez y otros jóvenes: Jaime Esparza, Mauricio Ladino y un cuarto no identificado en la discoteca Mint Social Club.

La revelación fue hecha por ‘La W’, que además del de Daza, hubo testimonio de Lina María León, la otra joven que estuvo el día de los hechos.

“Según el relato de las amigas, sus acompañantes compraron el trago en el amanecedero y muchas botellas de agua. Pasadas unas horas, Cabrera se empezó a sentir mal, cayó al suelo y la llevaron al baño de la discoteca a vomitar”, dice ‘La W’.

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El padre de María Andrea, general Fabricio Cabrera, y su abogado, Jaime Granados, aseguran que los hombres administraron éxtasis a escondidas.

La tesis que ha cobrado más fuerza es que les administraron droga a las jóvenes para accederlas sexualmente, aunque el examen de Medicina Legal no encontró evidencia de abuso sexual en el cuerpo de María Andrea.

La víctima mortal, según el testimonio de Lina María León, había dicho mientras era transportada en carro hacia la residencia de María Carolina Daza que se sentía acelerada y expresó que creía que los muchachos les habían echado algo en el trago.

La hipótesis de darle droga para accederla sexualmente es una de las que más resonancia tiene en este caso, como lo expresó el director del Instituto de Medicina Legal, Carlos Valdés: “Que no hayan logrado tener sexo no significa que esa no haya podido ser la intención.

La explicación de Valdés tiene sustento en que el éxtasis (o MDMA) ha estado asociado a casos de abuso sexual en otras partes del mundo, no porque genere pérdida de la conciencia, sino porque uno de sus posibles efectos es que aumenta la excitación sexual, al punto de que quien lo ingiere puede incluso llegar a sugerir una relación sexual, según dijo al portal Vice Ian Hindmarch, profesor emérito de Psicofarmacología Humana de la Universidad der Surrey, en el Reino Unido.

Es por ello que el éxtasis está catalogado como una droga que facilita el abuso sexual, pero los casos son muy difíciles de probar porque provoca excitación sexual en la víctima, que puede terminar accediendo a las pretensiones del agresor, lo que ha sido utilizado para decir que es sexo consensuado.

El portal Vice explica que bajo los efectos de la droga, una víctima puede decir “sí” a un encuentro sexual, mientras que en estado de sobriedad probablemente le diría que no a esa misma persona.