El grupo (inicial) estaba compuesto por 47 militares que encontraron millones de pesos y dólares encaletados en las selvas del Caquetá en 2003. Algunos de ellos fueron secuestrados, otros asesinados y las autoridades solo lograron la captura de 24 de ellos, que están pagando penas en diferentes cárceles del país.

Según revista Semana, el escándalo ahora es porque algunos de los juzgados, presos en el Batallón 39, cerca a Fusagasugá (Cundinamarca), fueron sorprendidos con botellas de ron y aguardiente en el interior de la celda. Incluso, ese medio tiene fotografías en las que aparecen con un fusil.

“Varios de ellos también tienen celulares, que, obviamente, en su calidad de detenidos no deberían usar”, señala ese medio.

Consecuencia del hecho, los guardias encargados de cuidarlos fueron relevados de sus cargos y actualmente se adelantan investigaciones sobre el hecho. Además, varios de los detenidos fueron trasladados a otras cárceles con controles más estrictos de seguridad.

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