Para incrementar sus efectos psicoactivos y rendir su preparación, las mafias emplean las sustancias químicas ‘levamisol’ o ‘l-tetramisol’ que pueden provocar edemas pulmonares, inflamaciones de los vasos sanguíneos y hasta gangrena, informa El Colombiano.

Los químicos son unos antiparasitarios muy fuertes y de venta común en veterinarias. Estos aditamentos habrían convertido a la cocaína colombiana en una sustancia adictiva más peligrosa, destacó Ubier Gómez, toxicólogo del Hospital San Vicente Fundación de Medellín.

Los narcotraficantes también emplean un anestésico para caballos conocido como ‘ketamina’ para adulterar la composición química de la cocaína.

“Los narcotraficantes dicen que un kilo de cocaína tiene crías y eso quiere decir que le agregan levamisol (purgante vacuno), que es muy económico y les da muy buenas ganancias”, indicó la mayor Liz Cuadros Velosa, jefe del Centro de Estudios Estratégicos Contra el Narcotráfico de la Dirección de Antinarcóticos de la Sijín.

Quienes consumen cocaína adulterada pueden perder desde los dedos, las orejas y hasta la nariz, contaron expertos al diario.

Ya en 2008, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) advirtió a las autoridades de ese país que se habían identificado 11 casos de agranulocitosis, una enfermedad que afecta la producción de glóbulos blancos y que impacta la médula ósea de los consumidores.

Incluso, según datos entregados por la DEA, el 69 % de la cocaína que entraba a ese país en 2009, estaba adulterada con ‘levamisol’. Los narcotraficantes pueden convertir un kilo en 3 kilos de sustancia, disminuyendo la calidad del polvo y aumentando el riesgo de muerte entre los adictos, señaló el informe de CDC.

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