Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Laura Murillo   Oct 17, 2023 - 3:53 pm
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Con una caminata hasta el centro del túnel Guillermo Gaviria Echeverri se celebrará hoy el encuentro de los frentes de excavación que hace una semana unió en un solo corredor los 9,73 kilómetros de la conexión que cruza por debajo del alto del Toyo, en la nueva autopista que se construye hacia el Urabá.

El hito alcanzado el 6 de octubre es un paso más en el objetivo centenario de Antioquia de estar conectada con su mar por una vía eficiente para aprovechar la posición geoestratégica privilegiada que tiene esta esquina de América.

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La conexión de El Toyo, que en sus dos etapas suma 39,5 kilómetros de vía nueva y tiene un diseño de velocidad de 80 kilómetros por hora, permitirá que el recorrido de Medellín a Urabá baje a 4,5 horas, uniendo las autopistas de cuarta generación Mar 1 (Medellín-Santa Fe de Antioquia-) y Mar 2 (Cañasgordas-El Tigre).

Para el gobernador Aníbal Gaviria, el túnel va a permitir una transformación absoluta en la relación entre Urabá y el centro de Antioquia. Será la columna vertebral de lo que se bautizó como la Ciudad larga de cuatro corazones: una columna territorial que en menos de 20 años unirá los valles de Aburrá; de San Nicolás, en Oriente; las planicies del río Cauca en Santa Fe de Antioquia, Sopetrán, San Jerónimo; y el corazón de Urabá, al nivel del mar, un cordón completo donde hoy se distribuye el 85% de la población antioqueña, según precisó el gobernador Gaviria.

La terminación de la excavación pone al proyecto en su recta final. Aunque se han adelantado simultáneamente las operaciones de revestimiento y pavimentación del túnel, aún faltan poco más de 1,5 kilómetros de roca por revestir, y 7,5 kilómetros por pavimentar. El resto de las obras del proyecto en su tramo 1 deben concluirse en el primer semestre de 2024.

Esta etapa, que se planificó como obra pública y no como una concesión a privados, para que los cierres financieros dieran y se pudiera construir completo ese corredor de cuarta generación que llevará a los futuros puertos marítimos, costó $2,14 billones. La Alcaldía de Medellín puso $ 840.000 millones, mientras que la Gobernación aportó el restante $ 1,3 billones (valores de diciembre de 2022).

Posterior a la finalización de estas actividades, el Instituto Nacional de Vías debe iniciar las operaciones de instalación de los equipos electromecánicos del túnel principal: equipos de ventilación, iluminación, de emergencia, circuito cerrado de televisión, entre otros.

El Tramo II, que comprende las vías, túneles y puentes entre Santa Fe y Giraldo y que desarrolla también el Invías, presenta un importante retraso y falta de recursos. En esta segunda etapa el Gobierno Nacional puso $ 1,7 billones.

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¿Se pagará peaje en el túnel más grande del continente?

La Gobernación explicó que es apenas natural que haya un peaje en una infraestructura de las especificaciones e inversiones de este proyecto, sin embargo, los que opten por no pagar peaje, tendrán la opción de movilizarse por la vía habitual que se mantendrá en óptimas condiciones de operabilidad a cargo de la concesión Mar 1. De otro lado, desde la estructuración del proyecto y en las actividades de socialización del túnel y sus vías se contempló la movilidad de las motocicletas, diferente a la determinación de flujo por el túnel de Oriente.

El proyecto es un referente también en lo público. Primero, se construyó con aportes de Medellín, municipio que está lejos de tener jurisdicción en la zona, pero que decidió aportar plata con autorización del Concejo como impulso a la descentralización de la economía regional.

Además, requirió de acciones sucesivas de cuatro gobiernos departamentales: Luis Alfredo Ramos Botero (2008-2011), Sergio Fajardo Valderrama (2012-2015), Luis Pérez Gutiérrez (2016-2019) y Aníbal Gaviria Correa (2020-2023); y requerirá que el próximo mandatario (2024-2027) pedalee ante el Gobierno Nacional los recursos faltantes para el tramo 2 y lleve a feliz término las obras restantes en el tramo 1.

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Para Gaviria Correa, este gran proyecto de alta ingeniería, de largo aliento, de impacto nacional e internacional, es la muestra palpable de que con alta gerencia se pueden hacer realidad importantes obras públicas. Las grandes obras públicas se pueden hacer bien y de forma eficiente. Las entidades pueden unirse para estos grandes proyectos, para grandes construcciones, señaló.

En todo caso, hay dos coincidencias históricas que no pasan desapercibidas cuando estamos en la última etapa de construcción del túnel. La primera es que la vía por donde pasa toda la maquinaria de esta megaobra es la antigua carretera al mar, la trocha que inauguró en 1955 el general Gustavo Rojas Pinilla y que fue el primer corredor completo entre Medellín y Urabá.

Además, casi que coincidirán la operación de toda la conexión vial a Urabá en 2025 —se suman las autopistas 4G Mar 1, Mar 2 y las dos fases del corredor del túnel en el Toyo— con los 100 años del comienzo de las obras de la primera carretera al mar, en 1926, impulsada por Gonzalo Mejía Trujillo y el periodista Jesús Tobón Quintero.

Cuenta James Parsons, en ‘Urabá, salida de Antioquia al mar’, que en 1927 un grupo de ingenieros, guiado por Mejía, había logrado hacer el trayecto Medellín-Turbo-Medellín en cinco semanas, viajando en automóvil, caballo y canoa. La marcha no fue difícil en las montañas, pero en las llanuras más allá de Mutatá siguieron la línea telegráfica por la selva con bastante dificultad, debido a los árboles caídos, el fango y los numerosos cruces de quebradas. Habrá que recordar esos días cuando en un par de años madruguemos desde Medellín y podamos ver el mar antes del mediodía. El centenario sueño de Mejía estará cumplido.

Lleva el nombre del ingeniero que en los años 70 proyectó el túnel

Por allá en los 70, el dirigente y empresario Guillermo Gaviria Echeverri habló de la necesidad de abrir un túnel en ese punto de la cordillera. Más de 40 años después el proyecto quedó dentro de la estructuración de las entonces Autopistas de la Montaña y hoy es una realidad. Gaviria Echeverri nació en 1923 en Frontino, muy próximo a la región de Urabá. Muy joven se vino a Medellín, donde se graduó como ingeniero civil y de minas en la Nacional. Estudió minería de carbón y obtuvo beca de especialización en Francia. Fue creador de empresas y luchó para que el Estado mirara a Urabá. Fue uno de los primeros en fundar empresas allí. En 2015, el entonces presidente Juan Manuel Santos propuso que el megatúnel llevara el nombre de Gaviria Echeverri como reconocimiento a la visión que tuvo hace más de 50 años.

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