Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por Marizol Gómez   Nov 19, 2023 - 5:01 pm
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Entre la noche del 21 de noviembre de 2021 y la madrugada del 22 ocurrió uno de los crímenes más estremecedores de los últimos años en el país: el asesinato del reconocido estilista Mauricio Leal y de su madre, Marleny Hernández.

La escena del crimen, en la casa de La Calera, parecía sacada de un relato de la escritora de misterio Agatha Christie: los cuerpos de madre e hijo apuñalados, con excesos de violencia, sobre una cama; una carta que hablaba de suicidio y claves de cuentas bancarias; una mansión llena de pistas, y un hermano e hijo, Jhonier Leal, quien pasó de ser doliente a una suerte de Caín, acusado del doble crimen.

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Esto en medio de un drama familiar que se tomó las primeras planas de los medios. Y a dos años de teorías del caso, especulaciones, cientos de pruebas, dilaciones y discordias, la verdad de lo que allí ocurrió esa noche sigue escondida entre los egos de investigadores y los intentos de un hermano en la ruina y recluido en La Picota, intentando demostrar su inocencia frente a los delitos que en una ocasión aceptó.

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A sus 46 años, Mauricio Leal era uno de los estilistas más reconocidos del país. Personalidades de la farándula colombiana, como la cantante Fanny Lu, y la presentadora Carolina Cruz acudían a él, no solo para arreglarse el cabello, sino como amigo.

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Antes de su asesinato, Leal planeaba abrir una sede de su peluquería, en el norte de Bogotá. Para entonces había acogido en su casa, ubicada en el conjunto Arboretto (de La Calera), a su hermano mayor, Jhonier, quien perdió su negocio, producto de la pandemia. La convivencia duró poco más de dos meses, hasta aquella fatídica noche del 21 de noviembre.

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