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La imagen del Presidente de la Federación española de fútbol, Luis Rubiales, dándole un beso a la jugadora Jenni Hermoso en la entrega de medallas a las campeonas del mundo en la final del Mundial el pasado domingo ha dado la vuelta al mundo. Grandes personalidades como la leyenda del fútbol Megan Rapinoe o el propio Presidente de España, Pedro Sánchez han condenado públicamente el hecho y han pedido la dimisión del Presidente de la RFEF.
No sólo ellos, el Ministro de Cultura y Deportes español, la vicepresidenta del Gobierno, los sindicatos mayoritarios, Iker Casillas y la propia afectada, Jenni Hermoso, a través de su agencia y el sindicato FutPro han pedido también su dimisión.
(Vea también: Aparecen más imágenes de dirigente español sobrepasándose con jugadoras y hasta con la reina)
A esta oleada pública de condena y a los cuatro procesos legales que tiene ya abiertos hay que sumarle otro: la Fifa, a través de su Comisión Disciplinaria, le ha abierto un procedimiento disciplinario alegando que “estos hechos podrían resultar constitutivos de violaciones de los artículos 13.1 y 13.2 del Código Disciplinario de la Fifa”.
Rubiales, después de que saliese a la luz que intentó presionar a Jenni Hermoso y a su familia para que le respaldase públicamente saliendo con él en el vídeo de disculpa y que distribuyó a la prensa unas declaraciones de Jenni quitándole importancia al asunto que no fueron pronunciadas por la jugadora, si no redactadas por el equipo de comunicación de la RFEF, ha intentado mantener un perfil bajo estos últimos días.
Su puesto como presidente de la Federación está más en peligro que nunca y todo apunta a que en esta ocasión no va a poder librarse de ser sancionado.
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