La demanda de servicios de salud mental en el Quindío por parte de niños y adolescentes generó una sobrecarga en la capacidad de atención de la Clínica El Prado, la cual registra un incremento en la hospitalización y remisiones. Asimismo, la consulta externa del Hospital Mental experimentó un aumento en su demanda.

La situación ha despertado preocupación y alerta, teniendo en cuenta que, en lo que va de 2023, 5 menores de 18 años se han quitado la vida en el departamento. 

(Lea también: Ansiedad y estrés: ¿Cómo mitigar estas patologías con el diseño de interiores?)

El uso excesivo y descontrolado de redes sociales y nuevas tecnologías han generado problemas de salud mentalExpertos en la materia destacan que estas situaciones se han intensificado tras la aparición de la Covid-19

Según la gerente de la Clínica El Prado, Liliana Salazar Salazar, el servicio de hospitalización y las remisiones para los menores de edad han tenido una sobrecarga. Si bien la entidad cuenta con 91 camas, solo 11 están destinadas para esta población y están constantemente ocupadas. Además, hay un promedio de 7 a 8 jóvenes en la lista de espera para poder acceder a ellas.

“Esto es un efecto de la pandemia, es que los jóvenes dejaron de ir casi 2 años a los colegios, la virtualidad se incrementó, así mismo algunos de estos niños permanecen solos sin la compañía de sus padres. Son varios los factores que incidieron para que aumentara esta problemática”, explicó la directiva.

Sobre las estrategias que se han puesto en marcha para contrarrestar la alerta de colapso, Salazar Salazar resaltó que está en marcha el programa Prado Contigo -WhatsApp 316 8784715-, una línea que funciona de 8 a. m. a 5 p. m. de lunes a viernes, en la que las personas pueden consultar todas las dudas que tengan sobre su salud mental o simplemente si quieren solicitar una información al respecto.

En marzo se llevará a cabo una capacitación abierta al público, donde se hablará de todo el desarrollo psicosocial del infante y la familia, se hará un curso de 40 horas -un sábado al mes- durante todo el año, de manera virtual. El mismo curso se hará presencial para los profesionales de salud mental, así como para orientadores de los colegios en el departamento.

“De manera simultánea se atenderán casos especiales que sean remitidos por los orientadores de los planteles escolares para ser atendidos por el equipo encargado de los niños y adolescentes, de manera prioritaria”, dijo Salazar Salazar.

(Lea también: Cinco claves ganadoras para garantizar una buena salud mental en el entorno laboral)

A diferencia de la Clínica El Prado, el Hospital Mental no ha superado su capacidad de atención; sin embargo, sí aumentaron las consultas externas por salud mental. El año pasado se incrementaron las consultas en un 23 % y para el 2023 se prevé que esa tendencia continúe.

Jhon Carlos Buitrago Moncaleano, gerente del centro clínico, resaltó que se vive una situación similar a la de la Clínica El Prado y es la alta demanda de servicio de atención para niños y adolescentes. “No damos abasto, es bastante preocupante”.

El directivo expresó su preocupación por la tendencia que se ha observado en esta población, ya que muchos no siguen el proceso adecuado y buscan directamente la intervención de un siquiatra pediátrico sin haber consultado con un psicólogo previamente.

“El número de profesionales en subespecializaciones es mínimo en estos momentos en el departamento, solo se cuenta con 2 y trabajan con nosotros. Imagínese la cantidad de personas que tratan de solicitar la valoración o seguimiento con siquiatría infantil, por lo que también esto llevaría al colapso”, destacó Buitrago Moncaleano.

“A grandes rasgos, primero, ya hay evidencia que la etapa poscovid generó una afectación mental diferente en el planeta entero, producto de la enfermedad como tal, hay alteraciones mentales que ya están comprobadas en muchas partes del mundo, hay unas sensaciones diferentes para quienes han tenido Covid”, aseguró Moncaleano.

Y agregó: “Otro caso, el más delicado, es el aislamiento y encierro preventivo y la virtualidad, pues los jóvenes fueron los que más se dedicaron a las redes sociales, perdieron interacción social real. La internet y las redes sociales están afectando bastante porque los algoritmos diseñados pretenden que estemos el mayor número de horas posibles conectados teniendo pequeñas microdosis de dopamina que generan mucha frustración en el mundo real. Me explico, muchos estamos pegados de TikTok, Facebook o Instagram viendo videos cortos, uno tras otro, sin darle espacio ni siquiera de verlos completos. Cada video, cada reel, te da una pequeña descarga de dopamina y acostumbra al cerebro a que la recompensa debe ser inmediata”.

Sin embargo, una vez las personas se enfrentan a la vida real, se dan cuenta de que no es de esa manera: “La vida real está llena de complicaciones, de algunos aspectos que no se pueden concretar de inmediato, de cosas que uno quiere, pero no siempre se dan, entonces el nivel de frustración en la vida real choca muy fuerte con la frustración de las redes sociales y los videojuegos. Encontramos que esa capacidad de resiliencia y de afrontar los problemas de la vida están debilitadas”.

Desde la clínica El Prado de Armenia informaron que este miércoles se tiene programado un Facebook live denominado Prevención del suicidio en niños y adolescentes. La actividad será orientada por el doctor Mauricio Jaramillo Paque, siquiatra experto en dicha población.